martes, 30 de abril de 2019

IGNORAR SELECTIVAMENTE


IGNORAR SELECTIVAMENTE




El mundo que nos rodea está lleno de estímulos que llaman nuestra atención continuamente, asimismo, nuestra mente no para de ir de aquí para allá trayéndonos pensamientos, emociones y sensaciones de todo tipo. Todo esto dificulta nuestra capacidad de centrarnos en lo que verdaderamente nos importa, aprender, responder adecuadamente en muchas ocasiones y disfrutar del momento presente. 

            He hablado en otras ocasiones de cómo las técnicas de Mindfulness, nos ayudan a focalizar nuestra atención permitiéndonos gobernar nuestras mentes de modo que podamos dedicar nuestros recursos de manera óptima. 

            Pero para poder centrarnos también hay que saber ignorar. Nuestro cerebro no puede procesar toda la información que le llega y tiene mecanismos que le permiten no atender aquello que califica como irrelevante. Así, ignoramos, por ejemplo, las características de la tapicería de nuestro coche para poder conducir, o que tenemos hambre si estamos haciendo una tarea compleja o peligrosa. Este proceso selectivo se realiza de manera automática, inconsciente y no siempre es acertado, podríamos decir que en algunas ocasiones ignoramos mal.

            Podemos aprender a ignorar selectivamente de manera adecuada, de modo que focalicemos mejor nuestra atención y cuidar así nuestra salud mental. Siguiendo las recomendaciones que Tomás Navarro hace en su libro “Aprender a aceptar la imperfección”, te propongo que empieces a practicar ignorar algunas cosas y verás los resultados. IGNORA:
·                                                                                                                                                                                                                 Las ofensas. Que una persona diga algo no quiere decir que sea cierto. Son, verdaderamente, muy pocas las ocasiones en las que merece la pena gastar energía pensando en ellas o defendiéndonos.
·        
           Las provocaciones. No seas como los toros que entran al trapo rojo para encontrar sufrimiento. En la mayoría de los casos el provocador sólo busca tu reacción.

·              Las distracciones. Sólo te apartan de lo que quieres.
 
·            Algunas rutinas que no tienen sentido. Selecciona que quieres o te interesa hacer y deja lo que no sea importante.

·         Algunas personas y algunas actitudes de los demás. Aquellos que te dañan, se aprovechan, … no merecen tu atención.

·         Algunas peticiones. Colabora con los demás, ayuda si eso te hace sentirte alineado con tus valores. Pero también puedes decir “no” a aquellas demandas que valores que no son oportunas.

·         Algunas de las conclusiones que tu mismo sacas. Sobre todo aquellas producto del malestar, de pensamiento atemorizantes, las que minan tu autoestima y te restan energías para conseguir lo que quieres.

·         Seguramente, si lo piensas, encontrarás algunas otras cosas que ignorar para cuidarte mejor.
Recuerda esta premisa: necesitamos ignorar para poder contemplar. Entrénate en prestar atención a lo que te guía, te enseña, te ayuda, te mejora y deja de lado lo que te resta, te desorienta, desanima.
Alicia Martín Pérez. Psicóloga Clínica. AMP Psicólogos. www.psicologosaranjuez.com

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