martes, 15 de enero de 2013

BUENOS PROPÓSITOS PARA LA VUELTA AL COLE


Con la llegada de las vacaciones de navidad, han llegado las notas de la primera evaluación y con ellas la primera calificación objetiva del desempeño de nuestros  hijos en el curso presente. 

En ocasiones se trata de una información que ya conocemos o nos esperamos. No se trata del primer contacto que tenemos con la situación de nuestros hijos en colegios e institutos, pues seguramente habremos tenido entrevistas con los tutores, estaremos al tanto de las notas de los exámenes, o la agenda de los niños nos habrá estado aportando mucha información. 

Sin embargo, a veces las notas nos sorprenden y nos preocupan, aparecen algunos suspensos inesperados y nos planteamos a qué se deben: ¿qué está sucediendo?, ¿cómo ha podido bajar tanto?, ¿se encontrará bien?, ¿estaremos haciendo las cosas correctamente en casa?, ¿tendrá algún problema que no me haya contado?.

Una primera reflexión puede ser: ¿por qué unos estudiantes sacan buenas notas y otros no? A lo que podríamos responder que debe diferencias de inteligencia. Sin embargo, nos encontramos con alumnos muy inteligentes que suspenden repetidamente y otros no tan brillantes que obtienen buenas calificaciones. En la actualidad, se cree que los suspensos se deben con mayor frecuencia a:
  • Problemas de falta de tiempo y dedicación a las tareas.
  • Falta de interés por el estudio. 
  • Formas de estudio inadecuadas.

Así pues, trataremos de identificar cuáles son los problemas para promover cambios que logren superarlos.

Para algunos alumnos la vida de estudiante consiste en estar matriculado en un colegio y asistir a unas clases. Pero estudiar es algo más, es aprender una serie de conocimientos ejercitando la inteligencia, la memoria, la voluntad, la capacidad de análisis, de síntesis, de relación, etc. En el diccionario encontramos que estudiar es "ejercitar el entendimiento para alcanzar o comprender una cosa".

Hablamos de fracaso escolar cuando un niño no es capaz de alcanzar el nivel de rendimiento escolar esperado para su edad y nivel académico, y dado que el único criterio para evaluar el éxito o el fracaso escolar de los niños son las calificaciones, el fracaso se traduce en suspensos, que cuando son frecuentes generan conflictos en la vida familiar y gran preocupación en los padres.

A continuación se presentan algunas sugerencias para padres interesados en ayudar a sus hijos a superar sus dificultades académicas:
  • Debemos tener en cuenta que lo fundamental es crear unos hábitos, y no tanto buscar una productividad académica, al menos al principio. Objetivo que debe plantearse como algo progresivo, por lo que se partirá de unos mínimos que se irán incrementando poco a poco a medida que el niño se haga mayor, pero siempre con el fin crear hábitos y rutinas. 
  • Es conveniente centrarse en establecer unos horarios y unas rutinas fijas, es decir, unas horas de inicio y de finalización estables y, a ser posible, todos los días igual. El niño aprende a organizarse mejor si se le presenta una  secuencia de actividades (por ejemplo, sentarse a hacer las tareas después de merendar) que siguiendo sólo las horas del reloj. 
  • Es importante tomar conciencia que el objetivo no es tanto ayudarle concretamente en las tareas, sino enseñarle a ser autónomo y que se pueda organizar solo. 
  • Se obtendrán mejores resultados si los niños se acostumbran a estudiar siempre en el mismo sitio, donde dispongan de todo el material necesario, de una mesa suficientemente amplia, iluminada y en un ambiente tranquilo y en silencio. 
  • Cuando son pequeños es aconsejable empezar acompañando y colaborando con el niño en la realización de las tareas, para paulatinamente pasar a estar simplemente presentes con una mínima supervisión. Si son pequeños el adulto puede estar realizando otras tareas pero cerca del niño. Para irse alejando hasta dejarle solo, realizando visitas a lo largo del tiempo de tareas. 
  • Reforzar al menor, no sólo cuando consigue buenas notas o cuando hace bien las cosas sino también en los intentos y esfuerzos. 
  • Para facilitar la comunicación entre los padres y la escuela, a la vez que la propia organización y planificación del niño, es conveniente que éste disponga de una agenda en la que anotar las tareas que debe hacer de cada asignatura, la fecha de entrega de los trabajos y ejercicios, y los temas que tienen que estudiar. Para que el uso de la agenda sea efectivo, el niño deberá anotar todas las indicaciones en el momento en que las realiza el profesor. 
  • Los padres deben tratar de mantenerse informados de todo lo relacionado con el centro escolar de sus hijos. No sólo en relación con las notas, sino también en lo referente a sus relaciones con compañeros o profesores. En la medida en la que el niño sienta que sus estudios son un asunto que interesa a sus padres, dará más importancia a los mismos. 
  • Es necesario que los padres enseñen a sus hijos a no desanimarse, deben explicarles que hay que ser tenaz y buscar alternativas para superar las dificultades. Es conveniente evitar transmitir mensajes negativos del tipo “eres un mal estudiante” porque pueden llegar a creerlo y bloquear su desarrollo posterior. 
  • En casos en los que la ayuda que se preste desde casa no resulte efectiva, los padres deberían acudir a un profesional que valores las causas de estas dificultades y que sepa establecer unas pautas que ayuden a mejorar la situación.

Para finalizar, es muy importante que los padres tengan presente que aunque los resultados académicos de sus hijos en la primera evaluación no sean los deseados, esto no quiere decir que la situación sea irreversible y que tengamos que asumir una situación inevitable de fracaso escolar. Siguiendo las pautas que se han planteado, o acudiendo a un especialista si desde casa resulta complejo impulsar estos cambios, podemos  conseguir que nuestros hijos vayan superando sus dificultades y obteniendo resultados cada vez más satisfactorios.

Magdalena Sáenz Valls
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos Aranjuez

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