lunes, 17 de diciembre de 2012

CÓMO AFRONTAR LA NAVIDAD EN ÉPOCA DE CRISIS

Por fin llega la Navidad, escenario de unión, de compartir con nuestros seres queridos, de momentos entrañables y alegría pero también de gastos extra.

Ante el panorama actual de desempleo, reducciones de salario y pagas extra que no se cobran, podemos seguir disfrutando de éstas fechas haciendo algunos ajustes en nuestra forma de enfocarlas.

Es un momento difícil debido al significado simbólico que tienen las fiestas navideñas en nuestro entorno cultural, asociadas a un incremento significativo de los gastos.

Sin embargo, enfrentarnos a dificultades no necesariamente nos tiene que suponer bloqueo, agobio o depresión, sino que podemos aplicar una serie de medidas prácticas y tomar conciencia que disfrutar la Navidad no depende, en realidad, de seguir los patrones consumistas a los que nos habíamos acostumbrado.

Es importante hacer una valoración adecuada de nuestras necesidades. En ocasiones, sobredimensionamos lo que realmente necesitamos y perdemos la perspectiva. Quizás es un buen momento para diferenciar lo que son realmente necesidades de lo que no lo es. Ésta actitud realista minimiza la sensación de pérdida y nos permite mantener los mismos niveles de satisfacción sin gastar más de lo que podemos.

Una estrategia para una buena gestión emocional consiste en no polarizar nuestro pensamiento, es decir, evitar la tendencia a pensar en términos de “blanco o negro”. No pasar estos días fuera de casa no significa que no tengamos vacaciones, no llevar vestido nuevo en Nochevieja no significa que seamos unos harapientos, no comer besugo no significa que nuestra mesa no vaya a ser apetecible. Ser realista y no convertir en catástrofe lo que no lo es.

Es importante ser realista y no convertir en catástrofes lo que no lo son.

Enfocar nuestra atención hacia lo que sí tenemos y no hacia lo que no habrá permite darnos cuenta de que muchas veces es más doloroso el significado que nosotros mismos le damos a la situación que la situación en sí misma.

Pensar en soluciones y en posibles alternativas, genera sensación de control y seguridad en nosotros mismos. Ser imaginativos nos ayuda a prevenir estados de ansiedad o tristeza y aumenta nuestro sentimiento de competencia y autoestima.

Mención especial requiere el manejo de los deseos y peticiones de los niños, que pueden elaborar interminables cartas a los Reyes Magos. La ilusión y la sorpresa de los niños nos proporcionan mucha felicidad y una de las situaciones más dolorosas para los padres es no poder proporcionar a sus hijos todo aquello que “necesitan”. Sin embargo, los niños necesitan muchas menos cosas de las que creemos y sus niveles de felicidad no se reducen porque se les compren menos regalos. Por el contrario, el exceso de juguetes les lleva a no tomar conciencia de su valor y del esfuerzo que cuesta conseguirlos.

Por otro lado, aprender que no siempre se consigue todo lo que se quiere es un aspecto fundamental para el crecimiento y desarrollo de los niños, ayudándoles a ser personas más adaptativas y felices.

Así pues, estamos ante una buena oportunidad para hablar con nuestros hijos, repasar con ellos sus cartas a los Reyes, haciéndoles ver que no pueden recibir todo lo que han pedido y que además no lo necesitan para divertirse. Una negativa serena y firme que les enseñará a aceptar la frustración. Si lloran o se irritan, les consolaremos mostrándoles cariño y permitiendo que se desahoguen y una vez calmados volver a hablar con ellos pero sin ceder a sus pretensiones o exigencias.

Las siguientes sugerencias prácticas pueden ser de utilidad para disfrutar plenamente de estas fiestas y salir airosos:

  1. Calcular el presupuesto con en el que contamos para los gastos navideños.
  2. Hacer una lista con los distintos gastos que tendremos que afrontar: comidas, regalos, compromisos…
  3. Ordenarlos por prioridades.
  4. Asignar una cantidad de dinero a cada punto. Si nos sobra presupuesto, podemos aumentar lo destinado a alguna cosa. Si se nos queda corto, recortar o eliminar empezando por el final.
  5. Organizar las cenas con amigos o compañeros en casa. Resulta más económico que hacerlo en un restaurante y puede ser mucho más divertido.
  6. Pensar antes de comprar. Podemos hacer regalos más inteligentes y útiles o decantarnos por regalos más sentimentales que los seres queridos pueden apreciar más que los materiales.
  7. Ser realistas con lo que regalamos: por ejemplo, un bebé no necesita que nos gastemos mucho dinero, con un detalle será suficiente.
  8. Ajustar el presupuesto con los niños: no hace falta celebrar Papá Noel, Reyes Magos…sino concentrarnos en uno de ellos.
  9. Recurrir al “amigo invisible” o a los regalos en grupo, por ejemplo, los hermanos podrían juntarse para los regalos a los padres o entre ellos.
  10. Aprovechar los vales de descuento que ofrecen algunos comercios y los puntos que se acumulan con las compras en algunas tiendas.
  11. Comprar algunos productos para las cenas o comidas por adelantado y congelarlos. Cuanto más se acercan las fechas señaladas, más se encarecen.
  12. Respecto a la estructuración de nuestro ocio, sobre todo con los más pequeños de la casa, podemos buscar actividades baratas. No hay por qué gastar mucho dinero para pasar un buen rato. Se puede aprovechar el día del espectador o disfrutar de un paseo viendo las luces de Navidad. Organizar juegos, concursos, rutas en bici o patines invitando a primos y amiguitos. Recurrir a google nos dará muchas ideas.

En conclusión, definir nuestras prioridades personales y familiares y centrarnos en ellas, ajustar las expectativas poco realistas, disminuir nuestro nivel de exigencia y ser flexibles son aspectos clave.

Gastar menos no significa vivir peor. Podemos reconducir nuestro estilo de vida para afrontar con más éxito las dificultades y descubrir nuevas formas de felicidad y satisfacción.

Podemos derrochar amor, comprensión y solidaridad en éstas fechas. La Navidad no es sinónimo de consumismo.

 
Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP Psicólogos.


jueves, 13 de diciembre de 2012

¿CONOCES QUE ES MINDFULNESS O ATENCIÓN PLENA?

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Nuestra vida consiste en una sucesión de momentos presentes que muchas ocasiones se ven perturbados por el pasado y/o por el futuro. Asimismo, permanecemos en una lucha atroz de rechazo de lo que no queremos, de búsqueda ansiosa de aquello que creemos nos va a proporcionar la felicidad o sometidos al miedo a perder lo que poseemos. 
Para la mayoría de nosotros la mente tiende a ser sumamente errática y saltar con rapidez de una cosa a otra, o engancharse en juicios y debates con nuestros pensamientos. La mente normal se encuentra tan absorbida en sus razonamientos, temores, problemas que es incapaz de observar la realidad y actuar en consonancia. Basta observar unos segundos el contenido de nuestra mente para contemplar la cantidad de percepciones y pensamientos distintos que se suceden con gran rapidez en un perpetuo flujo y movimiento. Asimismo, se ve fácilmente alterada en las situaciones de ansiedad, por lo que aprender a guiarla supone un gran recurso para superar el estrés que casi siempre nos acompaña.
Pero la realidad es que existen otras formas de ser, de contemplar los problemas, de adaptarse y buscar lo que queremos, que pueden hacer la vida más agradable y rica, proporcionando mayor sensación de seguridad y satisfacción con la vida. Una de estas alternativas es lo que se conoce como “atención plena” o “Mindfulness”.
La atención plena consiste en un entrenamiento en centrar la atención en la respiración y aprender a observar nuestro cuerpo y nuestra mente, de permitir que nuestras experiencias se vayan desplegando y aceptarlas como son. Implica no rechazar las ideas ni intentar fijarlas o suprimirlas o controlarlas, sino en guiar nuestra atención, hacernos más conscientes de nosotros mismos.
Cuando la mente va tranquilizándose y va siendo capaz de mantenerse en un punto durante cierto tiempo empieza a ver las cosas con mayor claridad. En la mayoría de las ocasiones la solución a nuestros problemas se haya mucho más cerca de lo que creemos, basta con saber mirar. 
La práctica del Mindfulness supone hacer una pausa en el torbellino de actividad en que vivimos inmersos.
Llevar la conciencia a nuestro presente, a lo que estamos haciendo en cada momento, hace que nuestra relación con las cosas cambie, permite vivir con mayor plenitud, aprovechar cada instante como único, nos libera de condicionantes, juicios y temores, permitiéndonos a su vez superar las dificultades con mayor energía.
La respiración representa un papel extremadamente importante en este proceso, ya que constituye un poderoso aliado en la práctica de la atención plena, tiene la virtud de apoyar la conciencia en el curso de nuestra vida. Siempre nos acompaña, sintonizar con ella nos lleva inmediatamente al aquí y al ahora. Echa el ancla de la conciencia de nuestro cuerpo al proceso básico, rítmico y fluido de la vida. La respiración constituye la base para la práctica de la meditación.
La práctica del Mindfulness, o atención plena, supone grandes beneficios para nuestra salud tanto física como psicológica. Por ello, en AMP Psicólogos vamos a poner en marcha, en enero, un taller de introducción en estas técnicas. Para más información se puede consultar nuestra web, blog o ponerse en contacto con nosotros: 918657524, 680637674.
También podéis pinchar el siguiente enlace, se trata de un programa de Redes, en el que Punset entrevista a Mathieu Ricard, biólogo y practicante experto de meditación, que ha recibido el título de “El Hombre más Feliz del Mundo”: www.redesparalaciencia.com/2871/redes/2010/redes-60-la-ciencia-de-la-compasion 
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Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos Aranjuez

miércoles, 5 de diciembre de 2012

LOS NIÑOS ANTE LA SEPARACIÓN

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La ruptura de pareja es una de las experiencias más dolorosas que pueden sufrir los seres humanos. Los estudios indican que después de la muerte de un ser querido es el acontecimiento más estresante en la vida de las personas, a la gestión de múltiples aspectos de reordenación de la vida cotidiana se suma el manejo de la revolución emocional que supone la adaptación a la nueva situación.
  Cuando la separación es un hecho y no hay vuelta atrás, se hace prioritario prestar atención adecuada a los hijos para minimizar el impacto de la ruptura. Nadie mejor que los padres para ayudar a sus hijos a comprender la situación, dar respuestas y tranquilidad.
La separación es siempre para los hijos una experiencia diferente que para los padres: la familia en la cual los niños nacieron, crecieron y vivieron toda su vida cambia sustancialmente. Con sus imperfecciones, se trata de la entidad que les brinda el apoyo y la seguridad que necesitan. Al percibir los cambios, pueden aparecer preocupaciones e inseguridad acerca de su futuro.
Es importante tener en cuenta que la pareja no se divorcia de sus hijos, ni entre sí como padres. El divorcio disuelve el vínculo conyugal que une legalmente a los padres, pero conserva el vínculo parental que los une cómo padres. Esta disolución implica la transformación de la familia nuclear original - constituida por padres e hijos - en una familia con una estructura diferente: la familia binuclear, con dos núcleos representados por la casa de la mamá y la casa del papá. Este tipo de configuración familiar requiere para ser viable, el ejercicio conjunto de la parentalidad o coparentalidad. Es decir, la familia mantendrá un funcionamiento óptimo en tanto que los padres cumplan conjuntamente las funciones de crianza.
Las reacciones y sentimientos de los niños frente a la separación de sus padres dependen de diferentes factores: edad, explicaciones recibidas, continuidad de la relación con ambos progenitores, acuerdos o desacuerdos entre los padres, grado de hostilidad entre los mismos, intervención de otros adultos o sistemas, etc.
Es común que los niños esperen la reconciliación durante varios años, así como que se crean responsables del divorcio, como si hubieran hecho algo malo.

Los más pequeños, antes de los 6 años, pueden desarrollar: 
  • Conductas regresivas, como orinarse en la cama, succionar el pulgar, hablar como bebé o portarse mal.
  • Miedo a no ver más al padre que se va de la casa o a que el otro lo abandone.
  • Miedo a que los padres dejen de quererlo, o que pueda ser rechazado.
  • Emociones negativas: enfado, tristeza, depresión, culpabilidad.

Cuando son más mayores, a partir de los ocho años, pueden:
  •  Idealizar al padre ausente y agredir a aquél con el cual conviven, o a la inversa.
  • Sentir que sus padres los han traicionado.
  • Anhelar volver a unir a sus padres.
  • Distraerse con facilidad.
  • En ocasiones, convertirse en "cuidadores" de un padre (generalmente al que ven más sólo o más débil) o asumir un rol parental en el hogar.
  • Manifestar síntomas físicos (vómitos, dolor de cabeza, de tripa).
  • Presentar problemas de conducta: mentiras, manipulaciones, agresiones…
  • Tener conductas manipuladoras y aprovechar las fisuras entre los adultos para satisfacer sus caprichos.

En la adolescencia, pueden aparecer las siguientes reacciones:
  • Sentimientos de enfado bien hacia los padres o hacia sí mismos.  
  • Sensación de desequilibrio en su identidad, es la edad fundamental de adquisición de identidad propia y la separación de los padres puede suponer una interferencia en este proceso. 
  • Las manifestaciones depresivas. A menudo se presentan enmascaradas bajo apariencia de trastornos somáticos: cefalalgias, lumbalgias, etc.  
  • Profundo sentimiento de pérdida, que puede manifestarse con una sensación de vacío, dificultad para concentrarse, fatiga crónica, pensamientos recurrentes o pesadillas. 
  • Establecimiento de alianzas con un progenitor, a veces en contra del otro. 

En estas circunstancias, hay algunas orientaciones que pueden resultar útiles:
  • Hablar con los niños de la separación con términos que puedan entender según su edad y madurez: es importante que se haga énfasis en la idea de que la separación de los padres no implica una separación de ellos con respecto a los niños. El que los padres se divorcien no quiere decir que dejen de querer a sus hijos, ni que los vayan a dejar de querer nunca. Repetir esta idea y demostrarla tantas veces como sea necesario.
  • Explicar a los niños las condiciones de la custodia, la organización del tiempo con cada progenitor y otros cambios que sucederán. Es importante tratar de conservar estables tantos aspectos de la vida de sus hijos como sea posible. 
  • Atender a las emociones negativas que los niños puedan presentar en relación con la separación. Escucharlos y permitirles expresar su tristeza y enfado. También es necesario que los niños entiendan que no son responsables del divorcio, y por lo tanto tampoco pueden hacer nada para favorecer una reconciliación entre los padres.
  • No involucrar a los niños en disputas conyugales y no hablar mal del otro padre en su presencia.

En resumen, ante una separación, es importante que los padres estén atentos a la reacción de sus hijos, tanto a nivel emocional como a nivel conductual, y que tomen las decisiones que mejor favorezcan la asimilación saludable de este cambio tan importante para todos.

Magdalena Sáenz Valls
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos

lunes, 26 de noviembre de 2012

DESTERRANDO MITOS SEXUALES


Los mitos sexuales son ideas que contienen información sexual equivocada y que carecen de rigor científico. Sin embargo, y a pesar de su inexactitud, muchas de éstas creencias se han impuesto en nuestras mentes llegando a generar altas dosis de malestar, serias dificultades para  vivir la sexualidad de manera sana  y problemas  en las relaciones de pareja.

Estos problemas podrían ser fácilmente eliminados si rompiéramos con éstas ideas equivocadas y las sustituyéramos por otras más válidas y realistas.

Vamos a tratar de desmontar en éste artículo algunos de los mitos sobre la sexualidad más extendidos:

·       Toda relación sexual debe acabar en penetración: es uno de los mitos más extendidos, sin embargo la realidad es que la sexualidad debe ser entendida como una experiencia amplia, que implica todos los sentidos. Aunque la penetración resulta muy placentera, sería una equivocación reducir las relaciones sexuales solo a la penetración porque nos perderíamos gran parte de la intimidad y la comunicación con nuestra pareja.

·       Una relación sexual normal tiene que acabar con un orgasmo: el orgasmo es una fase más de la respuesta sexual pero no tiene que producirse siempre. Muchas mujeres con dificultades para alcanzar el orgasmo o que no lo consiguen, sienten que son “defectuosas”, sin embargo que éste no se produzca no es indicativo de ninguna anormalidad. En realidad esta dificultad suele ser el resultado de un mal aprendizaje sexual, de prácticas inadecuadas y de creencias excesivamente exigentes a cerca del rendimiento. Si nos quitamos esa presión disfrutaremos mucho más de la excitación y los juegos compartidos con el otro.

·   Los hombres siempre están listos para una relación sexual: la respuesta sexual masculina hace que alcancen generalmente un nivel de excitación elevado antes que las mujeres. Sin embargo, esto no implica que “todos los hombres y siempre” estén dispuestos a mantener relaciones sexuales.

·      Los hombres siempre tienen que tomar la iniciativa en las relaciones sexuales. Si lo hacen las mujeres es que son promiscuas: la sexualidad debe ser vivida como un acto libre tanto por hombres como por mujeres. La represión femenina de la sexualidad es producto de presiones culturales, no biológicas.

·         Si dos personas se aman, deben saber de manera intuitiva satisfacerse sexualmente el uno al otro: aunque haya personas que puedan tener una “química especial”, nadie nace sabiendo, el entendimiento sexual es algo que se aprende y se desarrolla con el tiempo, a través de una comunicación clara con el otro, explicando necesidades y deseos con respeto y libertad.

·    Es importante alcanzar el orgasmo simultáneo: el sexo es una compleja mezcla de factores físicos, psicológicos y del entorno. Pretender que dos personas respondan sexualmente de la misma manera es bastante irreal. De hecho, la inmensa mayoría de las parejas no logran nunca alcanzar un orgasmo simultáneo. Olvidémonos de esas exigencias irracionales y disfrutaremos mucho más de nuestra sexualidad.

·       El alcohol es un estimulante sexual: aunque la ingesta de alcohol en ocasiones se utiliza (erróneamente) como modo de afrontar situaciones que generan ansiedad (como puede ser un encuentro sexual), lo cierto es que el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso, de modo que lejos de ayudarnos puede bloquear la respuesta sexual, haciendo difícil conseguir una erección o un nivel de excitación suficiente.

     El sexo debe surgir de forma mágica y espontánea e ir precedido de mucho deseo: no siempre es así. La pasión puede disminuir después de un tiempo y el ritmo de vida que llevamos, con estrés, cansancio y pocos momentos de encuentro pueden hacer difícil el que una relación sexual surja por sí sola. La sexualidad hay que cuidarla, prestando atención a la seducción y la conquista, buscando espacios que faciliten los encuentros  y rompiendo con la rutina.

·     Un pene circunciso no obtiene las mismas sensaciones que uno no circunciso: la circuncisión no afecta a la existencia o no de sensaciones placenteras. Incluso hay personas que coinciden en que son más higiénicos y estéticos…

·       En la tercera edad ya no se disfruta del sexo: aunque el sistema hormonal cambia con la edad, en la tercera edad es perfectamente posible disfrutar plenamente del sexo. Hay muchas personas que practican un sexo más reposado y optando por posturas más cómodas en ésta etapa de la vida, en la que la unión y el placer de tantas cosas compartidas lo convierten en una experiencia tremendamente gratificante.

Desterrar todos éstos mitos nos puede llevar a vivir nuestra sexualidad de una forma mucho más plena y saludable.

Es importante eliminar las presiones y permitirse disfrutar sin exigencias.

El sexo es algo bueno siempre y cuando parta del respeto, del cuidado de uno mismo y de la otra persona, satisfaciendo necesidades mutuas y con un consentimiento recíproco.




Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP PSICÓLOGOS.
www.psicologosaranjuez.com

miércoles, 21 de noviembre de 2012

EL AMOR ROMÁNTICO, ¿MITO O REALIDAD?

¿Realmente existe nuestra media naranja? ¿Estamos destinados a encontrar a nuestro príncipe azul? ¿Podemos vivir nuestro cuento de hadas con princesas y ranas? ¿Existe el amor a primera vista? ¿El amor lo puede todo? ¿Hay una pareja perfecta?

El amor es un fenómeno amplio y complejo capaz de proporcionarnos experiencias sumamente positivas pero también grandes sufrimientos si no lo entendemos de forma adecuada.

Lo cierto es que el fenómeno del amor está influenciado por muchos tópicos y estereotipos que tienen su origen en las distintas culturas, en los cuentos o en las películas de Hollywood y que pueden crear ideales románticos irreales, inalcanzables y muy destructivos.

Algunos de los mitos románticos más comúnmente presentes en nuestra sociedad son los siguientes, podemos tratar de identificarlos y sustituirlos por ideas más adaptativas y realistas sobre el amor en pareja:

MITO 1: Todos tenemos una media naranja.
No existe nuestra media naranja ni nuestra alma gemela. Somos muchos millones de personas en el planeta y existen muchas personas con las que podemos ser muy compatibles y tener una vida muy feliz. Existen muchas medias naranjas para cada uno de nosotros. Empeñarse en que sólo existe un alma gemela, puede hacernos desestimar personas que serían un buen compañero/a o, por el contrario, obsesionarnos con salvar una relación que no puede funcionar o que conlleva demasiado sufrimiento.

MITO 2: El amor verdadero puede con todo.
El amor no es suficiente para solucionar algunos problemas. Que exista compromiso, comunicación y cierta similitud en cuánto a algunos valores y principios vitales es necesario para que una relación pueda funcionar. Ésta ingenua idea puede llevarnos a no afrontar conflictos y a mantener relaciones insatisfactorias al pensar que con el amor las cosas mejorarán.

MITO 3: Los celos son un signo de amor.
Los celos nunca son un signo de amor sino de inseguridad y necesidad de control. Este comportamiento nunca debe ser reforzado ni aceptado. Probablemente, si estas conductas se repiten, y no hay motivos reales para que lo hagan, sería recomendable acudir a un profesional para poder establecer una relación sana basada en la confianza, en la libertad y en el cariño.

MITO 4: Los polos opuestos se atraen.
Las diferencias no son tan importantes como la forma que tengamos de manejarlas y adaptarnos a ellas. Sin embargo, parece que coincidir en las formas básicas de entender la vida, con intereses y gustos comunes, está más vinculado con la felicidad. Tener muchas discrepancias con una pareja muy distinta a nosotros es fuente de conflicto constante e insatisfacción.

MITO 5: Mi pareja tiene que cubrir todas mis necesidades.
No hay nadie que pueda cubrir TODAS nuestras necesidades y no es realista esperarlo. Son muchos los ámbitos de nuestra vida que debemos cultivar (pareja, amigos, familia, trabajo…) y muchas las personas que cubren nuestras distintas necesidades. Además, no debemos esperar que nuestra pareja haga lo que deberíamos hacer nosotros mismos.

MITO 6: Si mi pareja me quiere de verdad, me entenderá sin necesidad de palabras.
Que sepamos, ningún hombre ni mujer posee el extraordinario poder de leer el pensamiento ajeno. Aunque muchas parejas duraderas consideren que se conocen tanto que no necesitan hablar para entenderse, lo cierto es que la lectura del pensamiento es un error frecuente que lleva a muchos malentendidos, frustraciones y necesidades no cubiertas. Si queremos que nuestra pareja sepa lo que pensamos o cómo nos sentimos debemos decírselo. Y si queremos que haga algo por nosotros debemos pedírselo! Sin duda, eso sí será una señal de amor.

MITO 7: Si hay conflictos significa que la relación no funciona.
No existe la pareja que no se pelee nunca. Vivimos en una sociedad en la que se tiene mucho miedo al enfrentamiento. Sin embargo, éste es necesario para aclarar puntos de vista, negociar acuerdos y generar cambios positivos para la relación. Lo importante es que sepamos discutir y gestionar los conflictos de forma adecuada, respetuosa y constructiva.

MITO 8: La pasión desaparece con el matrimonio.
Es cierto que el enamoramiento y esa pasión arrebatadora inicial que lo acompaña desaparecen con el tiempo. Afortunadamente esto es así o de lo contrario emplearíamos todos nuestros recursos cognitivos y emocionales en el otro, lo cual nos impediría funcionar adecuadamente en el resto de áreas de nuestra vida…No obstante, hay muchas maneras de mantener la chispa encendida en una relación de pareja. Podemos cuidar y alimentar la pasión en una relación duradera, sobre todo si le ponemos romanticismo, esfuerzo e imaginación.


Estas creencias equivocadas pueden tener consecuencias negativas a la hora de elegir o mantener una pareja.

Es mejor atreverse a cuestionarlas y probar lo que a cada uno le sirve y le hace feliz y lo que no. Esto nos acercará mucho más a una vida amorosa a largo plazo auténtica y sincera.





Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP Psicólogos.
Telf: 91 865 75 24.
http://www.psicologosaranjuez.com

miércoles, 7 de noviembre de 2012

“ANSIEDAD, ¿AMIGA O ENEMIGA?”

           La ansiedad es básicamente un conjunto de sensaciones (a veces molestas) y de tendencias a la acción que nos permite darnos cuenta de que ocurren o pueden ocurrir hechos que afectan a nuestra vida y que requieren que intervengamos de alguna manera.
Así, si corremos el peligro de ser atacados necesitamos buscar protección para permanecer a salvo, pidiendo ayuda, huyendo o luchando. La respuesta de ansiedad es la que permite poner en marcha nuestros recursos para lograrlo. Si  no dispusiéramos de este mecanismo probablemente no podríamos hacer nada.
Además, la ansiedad surge cuando deseamos algo y vemos que es posible no obtenerlo, o cuando no lo queremos y nos damos cuenta que corremos el peligro de pasar por ello.

Pero hay muchos tipos y niveles de ansiedad, algunos de ellos son malsanos y autodestructivos.

La ansiedad sana nos da control de nuestras propias sensaciones, nos ayuda a tomar decisiones, a protegernos o buscar ayuda cuando la necesitamos, a esforzarnos cuando la situación lo requiere, implica precaución y nos preserva de daños potenciales, en definitiva nos ayuda a vivir.

La malsana, o el pánico, suele tener un efecto contrario, nos hace perder el control, angustiarnos innecesariamente, ver peligros terribles donde no los hay, provocando una amplia gama de respuestas físicas y psíquicas que interfieren en el manejo adecuado de nuestra vida.

La ansiedad sana está basada en temores realistas o racionales. La malsana en miedos irreales o irracionales, es producto de pensamientos exagerados y catastrofistas, que anticipan desastres cuando hay poca probabilidad de que estos ocurran, llevándonos a conductas protectoras innecesarias que requieren de un gasto energético que acaba agotándonos. Suele ir acompañada de sensaciones físicas desagradables que incluyen síntomas respiratorios, reacciones cutáneas, alteración de la presión arterial, tensión muscular y síntomas digestivos, pudiendo derivar en verdaderos trastornos físicos y psicológicos.

Afortunadamente, la mayor parte de la ansiedad la generamos nosotros mismos y se puede “degenerar”. Para ello es importante actuar a tres niveles: el primero, consiste en afrontar las circunstancias de nuestra vida sin evitarlas. El segundo, aprender a rebajar nuestro nivel de activación, bien realizando actividades agradables que nos sirvan de distracción o practicando técnicas de relajación. Y en tercer lugar, manejando mejor nuestros pensamientos, no dejándonos llevar por aquellos que son exagerados y catastrofistas.

En resumen, en la ansiedad tenemos un gran aliado, sin ella no sobreviviríamos. El problema surge cuando ésta es demasiado frecuente o intensa, y en lugar de maximizar nuestras potencialidades nos deja bloqueados, minando nuestra competencia y autoestima. Por eso es importante aprender a controlar y disminuir los “excesos” de ansiedad que impiden nuestro bienestar diario. En muchas ocasiones podemos conseguir este manejo nosotros solos, pero si los problemas persisten se puede encontrar la solución consultando con un especialista, hoy en día existen muchos recursos psicológicos y farmacológicos para mantener la ansiedad a raya.

AMP Psicólogos

Alicia Martín Pérez

lunes, 22 de octubre de 2012

LA TERAPIA

El proceso terapéutico que se lleva a cabo en AMP PSICÓLOGOS consta de distintas fases:

Fase de evaluación: a través de entrevistas y la cumplimentación de distintos cuestionarios se realiza la recogida de información acerca de la situación de la persona que acude a consulta. El objetivo es poner en orden, estableciendo relaciones causales, el conjunto de datos e informaciones que se consideran relacionados con los motivos por los que un paciente decide buscar ayuda profesional y que brindan las bases para diseñar un programa de intervención dirigido a mejorar las condiciones de vida de la persona. En ocasiones se realizan entrevistas complementarias a otros miembros de la familia.

Fase de devolución y establecimiento de objetivos: una vez recogida y analizada la información el terapeuta lleva a cabo la explicación de cuales son los orígenes de los problemas presentados y de cómo éstos se mantienen en el presente, se formulan los objetivos de intervención y define en que va a consistir.

Fase de intervención: consiste en el desarrollo del programa de intervención propuesto y acordado con el cliente. Normalmente, se lleva a cabo en sesiones de una hora de duración con una periodicidad semanal. Cuando se van produciendo los avances deseados las sesiones se van espaciando.

Fase de evaluación de resultados y prevención de recaídas: consiste en un repaso de todo lo trabajado y en identificar las posibles situaciones que pueden fomentar la reaparición del problema, dotando a la persona de recursos para que lo resuelva de manera autónoma.

Alta: se produce una vez alcanzados los objetivos.

Seguimiento: mantenemos contacto, normalmente telefónico, para corroborar el mantenimiento de los logros alcanzados, reforzar lo aprendido y orientar ante posibles dificultades.

martes, 2 de octubre de 2012

Bienvenida


AMP PSICÓLOGOS ARANJUEZ es un centro autorizado por la Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad de Madrid, que cumple con los requisitos exigidos para prestar asistencia en el área de la psicología clínica. Está formado por un equipo de profesionales licenciados en psicología, con amplia formación especializada y experiencia en la intervención psicológica.

El centro está orientado al desarrollo integral de la persona y al tratamiento de los problemas emocionales y conductuales, teniendo como marco de referencia el modelo cognitivo-conductual, que es el que más avales científicos tiene en la actualidad. Asimismo, integramos aportaciones valiosas de otras orientaciones, como de la 'terapia de aceptación y compromiso', 'modelos humanistas', 'programación neurolingüística' y 'terapia sistémica', entre otras.

El trabajo que realizan parte de una evaluación inicial, que permite identificar y ordenar los múltiples componentes del comportamiento y del estado emocional y la diversidad de interacciones entre procesos psicológicos que dan como resultado trastornos psicológicos, para así proponer un plan de intervención que se llevará a cabo en sesiones de una hora de duración, normalmente una vez a la semana. La duración del tratamiento dependerá de la gravedad del problema, buscando la optimización máxima de los recursos y valorando periódicamente los avances obtenidos.

El mayor compromiso de nuestro centro de Psicología en Aranjuez es prestar un servicio de calidad que permita a las personas que acuden a la consulta sentirse acogidas y lograr el bienestar y la estabilidad emocional que necesitan en sus vidas. Para ello ofrecemos asesoramiento profesional, apoyo emocional, intervención en crisis y terapia psicológica en todos aquellos problemas que pueden presentarse a lo largo de las diferentes etapas de la vida. Prestamos atención tanto a nivel individual como de pareja, familia o grupos.