miércoles, 11 de septiembre de 2013

FOMENTANDO LA AUTONOMÍA DE NUESTROS HIJOS


El desarrollo de la autonomía personal es, desde el punto de vista psicológico, un objetivo prioritario en la educación de los hijos. Un niño autónomo es capaz de realizar por sí mismo tareas y actividades adecuadas a su edad y propias de su entorno socio cultural, lo cual favorece una buena autoestima y confianza en sí mismo.
Por el contrario, un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere ayuda continua, mostrando poca iniciativa, incrementándose la probabilidad de presentar problemas de aprendizaje y de relación con los demás.
Con frecuencia, la tarea de ayudar a los niños a desarrollar hábitos de autonomía no es sencilla. En ocasiones  los padres se anticipan a las acciones de sus hijos, y no les dejan realizar tareas que podrían hacer solos. Esos padres actúan así para evitar que se hagan daño, se frustren si no consiguen sus objetivos, para conseguir resultados más rápidos haciéndolo ellos mismos, o porque una exigencia excesiva les lleva a no confiar en la capacidad de sus hijos para realizar las tareas de forma adecuada.
Para fomentar la autonomía de modo adecuado, es necesario tener en cuenta que cada niño desarrolla sus capacidades de una forma distinta, por tanto, se debe conocer cuáles son las características reales de cada niño, ayudándole en su justa medida. Asimismo, se debe dar la oportunidad de experimentar y  equivocarse.
Algunas recomendaciones que contribuirán a fomentar la autonomía:
·       Tanto en la casa como en el colegio asignarles responsabilidades: recoger su habitación, vestirse y comer solos, llevar el plato a la cocina, preparar su mochila, etc.
·       Si el niño se equivoca, hablar con él sobre lo que ha pasado, qué consecuencias debe enfrentar y qué se puede hacer la próxima vez.
·       Establecer reglas y límites claros y con consecuencias razonables en el hogar.
·       Enseñarles a esperar su turno.
·       Estimularlos con comentarios positivos sobre sus logros.
·       Invitarlos a participar en los planes para eventos familiares.
·       Invitar a sus amigos a casa y dejar que vayan a otras casas de visita.
·       Permitir que se equivoquen.
·       Permitirles organizar su propio tiempo libre.
·       Establecer horarios y rutinas claras.

FIRMA: A.M.P. PSICOLOGÍA
Magdalena Sáenz Valls
Alicia Martín Pérez

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