miércoles, 3 de enero de 2018

ESTRÉS: CLAVES



¿NOS AFECTA EL ESTRÉS A TODOS POR IGUAL?

       La OMS define el estrés como "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Desde este punto de vista, el estrés simplemente es la respuesta de un organismo frente a un cambio en el mundo exterior que le rodea.

        Ampliando algo más este concepto podríamos añadir el conjunto de respuestas cognitivas (pensamientos), emocionales y conductuales que se ponen en funcionamiento ante los eventos de la vida.
                Conviene señalar, que si bien en el lenguaje coloquial tiene una connotación negativa, el estrés, en realidad es una respuesta adaptativa, sana, que nos permite resolver nuestro día a día. Es el término distrés el que se emplea cuando supone un deterioro o genera problemas.

                Una cuestión crucial que se plantea en el ámbito científico es ¿por qué si todos estamos sometidos a estresores no todas las personas desarrollan trastornos psicológicos?, ¿Por qué hay personas que resuelven de manera adecuada las circunstancias más doloras y penosas, mientras que otros se ven desbordados por pequeños inconvenientes?.

                Las respuestas han ido orientadas a valorar las siguientes causas:
·         La situación o experiencia vivida: las cargas excesivas a lo largo de la historia personal pueden aumentar la probabilidad de generar determinados trastornos.
·       La respuesta del sujeto: la manera de afrontar las experiencias vitales, tanto positivas como negativas, son clave para generar fortalezas o debilidades.
·          Las características de personalidad: factores individuales estables que propician determinado tipo de respuestas repetidas, que de ser inadecuadas generan estilos desadaptativos.

Los trastornos más comúnmente asociados con el estrés se pueden categorizar en tres bloques y pueden darse por separado o de manera combinada:
-     Psicosomáticos: palpitaciones, dolores de cabeza, trastornos digestivos, problemas de sueño, alergias, alteraciones menstruales, dificultades de concentración…
-  Conductuales: aislamiento social, conductas impulsivas o agresivas, irritabilidad, incremento del consumo de sustancias adictivas, bajo rendimiento en el trabajo,…
-     Emocionales: impaciencia, ansiedad, sentimientos de soledad, sensación de impotencia, estado depresivo,…

Distintos estudios han identificado una serie de características personales, que se pueden aprender y por tanto desarrollar, como las claves para aumentar nuestras fortalezas frente al estrés:

  • Optimismo: creer que uno obtendrá buenos resultados en la vida, anticipando consecuencias positivas.
  • Vitalidad: experiencia subjetiva de energía. 
  •  Entusiasmo: motivación y compromiso en el afrontamiento de las tareas cotidianas.
  • Perdón: capacidad de sobreponerse al daño ocasionado por otros. 
  • Gratitud: capacidad de reconocer y apreciar los aspectos positivos de la vida, de recibirlos como un regalo. 
  •  Autoestima: valoración adecuada de uno mismo, reconociendo las virtudes propias y los defectos, para modificar aquellos que verdaderamente generen problemas y aceptar aquellos que no podamos cambiar o sean irrelevantes. 
  •   Reinterpretación positiva de las situaciones: capacidad de pensar las cosas con detenimiento, sin centrarse exclusivamente en lo negativo para generar planes de acción adecuados.

Si te encuentras entre aquellos que han desarrollado estas características personales puedes sentirte afortunado, de alguna manera estás “vacunado” contra el estrés. Si no es así, éste es un buen momento para comenzar a potenciarlas, puedes hacerlo por ti mismo, pero si no sabes cómo, no dudes en consultar con un psicólogo que te oriente.
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos Aranjuez