LA CRISIS ECONÓMICA
y
LOS CONFLICTOS DE PAREJA
“Cuando la pobreza entra por la
puerta el amor sale por la ventana” dice El Úlltimo de la Fila en una de sus
canciones.
Efectivamente, las dificultades
económicas pueden poner en riesgo la calidad de la relación de pareja pero ésta
afirmación es cierta solo parcialmente ya que son muchas las familias
acostumbradas a vivir con un presupuesto muy ajustado y que disfrutan de una
vida de pareja plenamente satisfactoria.
No obstante, cuando se trata de
un problema sobrevenido, la situación cambia. En la actualidad, son muchas las
parejas y familias que disfrutaban de una situación económica sólida, más o
menos desahogada y que han visto mermados sus ingresos de manera importante
como consecuencia de la pérdida del trabajo o la reducción del salario.
Si la pareja ya tenía problemas
de relación, probablemente éstos se agudicen. Sin embargo, si la relación es
sólida y la pareja tiene suficientes recursos emocionales, probablemente se
superarán las dificultades y la pareja saldrá fortalecida.
Mención especial requiere la
situación en que uno de los miembros de la pareja permanece en situación de
desempleo o sufre una reducción importante de la jornada laboral, mientras el
otro sigue trabajando, sobre todo si no está acostumbrado o identificado con el
rol doméstico, ya que además de la pérdida económica, esta circunstancia supone
un gran reto a nivel personal. Pudiendo surgir sentimientos de enfado,
frustración o angustia.
Si además, el otro miembro de la pareja también
está en casa, porque ya desarrollaba allí sus funciones o porque también ha
perdido el empleo, pueden aparecer criticas, opiniones negativas sobre la forma
de hacer de cada uno…y surgir los roces.
La reducción de ingresos supone
el abordaje de la nueva situación tanto a nivel práctico como a nivel
emocional. A
pesar de que la situación es dolorosa y difícil, podemos poner en práctica
algunas estrategias que nos ayudarán a manejarla mejor:
1. Mantener
presente que la pareja es importante y
prioritaria. No permitir que la crisis merme la relación.
2. Fomentar la comunicación: hablar de
cómo nos sentimos y cómo vemos el problema nos puede aliviar. Hay algunas veces
en que los problemas económicos nos afectan más por el significado que le damos
que porque verdaderamente cambie mucho nuestro modo de vida. Hablarlo en pareja
puede darnos una nueva perspectiva.
3. Compartir las preocupaciones pero no
convertirlas en el centro de la relación. Darle a las preocupaciones un tiempo
es bueno pero también es importante dedicar espacios a realizar actividades
compartidas y a distraerse. Podemos buscar entretenimientos que no cuesten
dinero.
4. Orientarnos más a las soluciones que al
problema.
5. Establecer
metas comunes. Se trata de un
desafío compartido.
6. Encontrar
una nueva organización de la vida:
establecer nuevas prioridades, diferenciar las necesidades de lo que no lo son,
reestructurar el ocio, las actividades…
7. No
intentar llevar el problema en solitario: pedir
ayuda y compartir los miedos.
8. Buscar
estrategias para comunicárselo a los
hijos: es importante comunicarles que va a haber cambios en la familia,
mostrando acuerdo en la pareja y disposición a resolver las cosas. Garantizar a
los niños que van a estar seguros.
La información que se
transmita debe modularse en función de la edad de los hijos. Si son muy
pequeños, no debemos hacerles partícipes de todas nuestras preocupaciones. Sin
embargo, a partir de la adolescencia se puede dar una explicación más clara,
darles un cierto protagonismo y buscar formas de colaboración, evitando la
dramatización.
9. Por
último, podemos apoyarnos en los lados
fuertes de la relación, en lo que nos une al otro (la amistad, el
compromiso, la lealtad…). Las dificultades puede fortalecer ciertos aspectos de
la pareja, que se une para salir adelante como equipo y se ve reforzada.
Centrarse en lo positivo de la pareja puede proporcionar mucha
serenidad y cuidar de la relación puede ser muy reconfortante.
Como
vemos, podemos hacer cosas que nos ayuden a superar las dificultades,
manteniendo el control y afrontando los problemas de una forma más adaptativa.
Podemos vivir esta difícil situación convirtiendo a nuestra pareja más en
recurso que en un obstáculo.
Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP PSICÓLOGOS.
www.psicologosaranjuez.com