La llegada de la Navidad generalmente inspira emociones muy especiales en padres e hijos. Para los niños suele ser una época que esperan durante todo el año por la magia que la rodea, el protagonismo que se les otorga y la llegada de sorpresas y regalos.
La Navidad, como toda festividad colectiva, ofrece al niño la oportunidad de adquirir un sentido de pertenencia a una familia, una historia y una cultura particular. Los encuentros familiares les posibilitan una esfera de interrelación entre las personas: la experiencia de tener una familia más extensa les aporta sensación de seguridad y protección. Es un paso más allá de papá y mamá, o de las relaciones que han establecido en el colegio.
También para los padres, la navidad suele ser una época especial, para celebrar en familia y disfrutar con actividades diferentes. Así mismo, no cabe duda de que, como todo momento de vacaciones, tienen que hacer frente a responsabilidades y tareas que no se plantean en otros momentos del año. Los niños pasan más tiempo en casa y es preciso dedicarles mayor atención. Además, estas fechas se asocian con la búsqueda y reparto de regalos, que en ocasiones puede llegar a generar cierto nivel de estrés.
Especialmente en los últimos tiempos, debido a las dificultades económicas que atraviesan muchas familias en nuestro país, muchos padres se muestran preocupados por no poder afrontar el mismo gasto en regalos que en años anteriores, y se plantean cómo transmitir este hecho a sus hijos. En este sentido, lo más importante es afrontar la situación de la forma más natural posible: con la información adecuada los niños son capaces de gestionar esas pequeñas desilusiones, y pueden incluso aprender importantes valores de la vida como son el cariño y apoyo de nuestros seres queridos, la capacidad de disfrutar de los momentos buenos, aunque existan algunos problemas.
Quizás esta circunstancia puede acarrear alguna consecuencia positiva, como por ejemplo restablecer la idea de la navidad como un tiempo en el que el valor principal lo aporta el hecho de poder estar en familia y disfrutar de este tiempo juntos, sin que necesariamente tengan que estar presentes las compras excesivas. Podemos aprovechar estas fechas para enseñar valores, realizar actividades productivas y creativas, que ayuden a los niños a desarrollar otras capacidades que harán de ellos mejores personas.
Algunas sugerencias sencillas, divertidas y muy recomendables para compartir entre padres e hijos son las siguientes:
- Cocinar con los niños: A los niños les divierte experimentar con diferentes texturas, olores y sabores. Se trata de una tarea de adultos que suele resultar atractiva para los más pequeños. Además puede convertirse en un buen regalo, hacer unas galletas de formas especiales para regalar a los abuelos, seguro que lo agradecerán.
- Realizar manualidades: que pueden servir de regalo para otros miembros de la familia.
- Crear tarjetas de felicitación: Además de estimular la creatividad del niño, nos ayuda a dar una lección de generosidad. La Navidad es el momento por excelencia para enseñar la lección de dar, de recibir y ser agradecido.
- Planear una representación teatral: Cuando las familias se reúnen los niños pueden aprovechar para preparar una representación en la que cada uno desarrollará un papel. A los niños les encanta sentirse protagonistas e interpretar otros personajes.
- Cantar villancicos: A los niños les encanta cantar y la música tiene efectos muy beneficiosos en ellos. Además, a través de la música se pueden establecer nuevas formas de comunicación entre padres e hijos.
- Leer juntos: Existen muchos cuentos e historias asociadas a la Navidad que se pueden compartir.
- Hacer un calendario familiar: Comienza el año y en todas las casas resulta muy útil tener un calendario. Una opción divertida puede ser elaborarlo entre todos. Llevará algo más de tiempo, pero será un entrañable recuerdo para rememorar durante los siguientes 365 días.
Estas son sólo algunas sencillas ideas que pueden servir como inspiración para padres que deseen hacer de estas fiestas algo diferente. Estas actividades nos brindan la oportunidad de acercarnos a nuestros hijos de una forma nueva y potenciar nuestros vínculos con ellos.
Magdalena Sáez Valls
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos