IGNORAR SELECTIVAMENTE
El mundo que nos rodea está
lleno de estímulos que llaman nuestra atención continuamente, asimismo, nuestra
mente no para de ir de aquí para allá trayéndonos pensamientos, emociones y
sensaciones de todo tipo. Todo esto dificulta nuestra capacidad de centrarnos
en lo que verdaderamente nos importa, aprender, responder adecuadamente en
muchas ocasiones y disfrutar del momento presente.
He hablado en otras ocasiones de cómo las técnicas de
Mindfulness, nos ayudan a focalizar nuestra atención permitiéndonos gobernar
nuestras mentes de modo que podamos dedicar nuestros recursos de manera óptima.
Pero para poder centrarnos también hay que saber ignorar.
Nuestro cerebro no puede procesar toda la información que le llega y tiene
mecanismos que le permiten no atender aquello que califica como irrelevante.
Así, ignoramos, por ejemplo, las características de la tapicería de nuestro
coche para poder conducir, o que tenemos hambre si estamos haciendo una tarea
compleja o peligrosa. Este proceso selectivo se realiza de manera automática,
inconsciente y no siempre es acertado, podríamos decir que en algunas ocasiones
ignoramos mal.
Podemos aprender a ignorar selectivamente de manera
adecuada, de modo que focalicemos mejor nuestra atención y cuidar así nuestra
salud mental. Siguiendo las recomendaciones que Tomás Navarro hace en su libro
“Aprender a aceptar la imperfección”, te propongo que empieces a practicar
ignorar algunas cosas y verás los resultados. IGNORA:
· Las
ofensas. Que una persona diga algo no quiere decir que sea cierto.
Son, verdaderamente, muy pocas las ocasiones en las que merece la pena gastar
energía pensando en ellas o defendiéndonos.
·
Las
provocaciones. No seas como los toros que entran al trapo
rojo para encontrar sufrimiento. En la mayoría de los casos el provocador sólo
busca tu reacción.
·
Las
distracciones. Sólo te apartan de lo que quieres.
·
Algunas
rutinas que no tienen sentido. Selecciona que quieres o te
interesa hacer y deja lo que no sea importante.
·
Algunas
personas y algunas actitudes de los demás. Aquellos que te
dañan, se aprovechan, … no merecen tu atención.
·
Algunas
peticiones. Colabora con los demás, ayuda si eso te hace sentirte
alineado con tus valores. Pero también puedes decir “no” a aquellas demandas
que valores que no son oportunas.
·
Algunas
de las conclusiones que tu mismo sacas. Sobre todo aquellas producto
del malestar, de pensamiento atemorizantes, las que minan tu autoestima y te
restan energías para conseguir lo que quieres.
·
Seguramente, si lo piensas, encontrarás algunas
otras cosas que ignorar para cuidarte mejor.
Recuerda
esta premisa: necesitamos ignorar para poder contemplar. Entrénate en prestar
atención a lo que te guía, te enseña, te ayuda, te mejora y deja de lado lo que
te resta, te desorienta, desanima.
Alicia Martín Pérez.
Psicóloga Clínica. AMP Psicólogos. www.psicologosaranjuez.com