Nuevas tecnologías: buen uso en niños y adolescentes
Vivimos en un tiempo en el que la
mayoría de los niños preescolares no saben coger una cuchara, pero pueden
entender cómo usar el último aparato electrónico.
Aunque sabemos que las nuevas
tecnologías son esenciales para que los niños y adolescentes puedan sobrevivir
en este mundo hiperconectado y sobresalgan en el ámbito escolar y más allá, es
difícil no sentirse aturdido por la manera en que la tecnología parece haberse
apoderado de nuestra vida.
La Academia de Pediatría
estadounidense establece en dos horas al día el límite recomendable de estancia
frente a una pantalla para los menores. Según un reciente estudio de la
Fundación Española de Nutrición (FEN) publicado en la revista internacional BMC Public Health, casi la mitad de los
niños y adolescentes españoles superan este límite durante la semana, elevándose
esta cifra al 84% los fines de semana. El hecho de que la mayoría de los
dispositivos sean móviles, da acceso a los niños a todos los contenidos en cualquier
lugar: en el autobús escolar, en la sala de espera del médico o en un viaje a
casa de la abuela, aumentando significativamente su uso.
Estas son algunas de las frases
que escuchamos en la consulta con frecuencia en relación a este tema: “No hay duda de que la tecnología es un gran
atractivo, pero a veces conseguir que apaguen los dispositivos puede ser una
batalla”; "Cuando mi hijo se pone nervioso en un restaurante, mi teléfono
salva vidas"; "Vemos la tecnología como una inversión en el futuro de
nuestros hijos"; “El iPad es especial: divertido, educativo y portátil. ¡Y
no hay nada que limpiar después!"; “Está enganchado al móvil: no estudia,
no come, no duerme… ¡todo el día pendiente del móvil!”
Algunos expertos que están
preocupados por las posibles consecuencias de un abuso de las nuevas
tecnologías, con estudios que relacionan el tiempo pasado delante de la
pantalla con la obesidad (debido al sedentarismo), la dificultad para prestar
atención, la incapacidad de hacer amigos del mundo real, una menor creatividad,
el bajo rendimiento académico y el aumento de la agresividad. Éstos argumentan
que las nuevas tecnologías privan a los niños del juego creativo práctico que
es tan esencial para el desarrollo. Sin embargo, otros expertos aplauden el
hecho de que la tecnología hace que el aprendizaje sea divertido e involucra a
los niños en la exploración y resolución de problemas. El verdadero desafío
consiste en averiguar cómo ayudar a nuestros niños a beneficiarse de estas
herramientas, asegurarse de que están jugando y aprendiendo a la vez.
La tecnología en sí misma no crea
problemas, lo que importa es lo que hacemos con ella. As, al igual que se debe supervisar
los alimentos que comen los niños, se deberían introducir nuevas tecnologías de
calidad cuando los niños estén preparados cognitivamente para ello, ayudarlos a
pensar en lo que ven y oyen, y asegurarse de que no están sacrificando tiempo
para las tarea escolares, la actividad física, la familia o los amigos.
Lo que hace que un programa de ordenador,
una aplicación o un programa de televisión sea educativo se puede resumir en
una sola palabra: el contenido. Un programa bien diseñado puede mejorar la
alfabetización o las habilidades matemáticas y aumentar la preparación para la
escuela. Por supuesto, también es prudente proteger a los niños pequeños de contenidos
que asusten o que sean violentos y de productos demasiado comerciales. Los
niños menores de 7 años no siempre pueden diferenciar entre la fantasía y la
realidad. Además, las personas aprendemos por imitación y, aunque no está
demostrada una relación directa entre el uso de videojuegos violentos y la
agresividad, las imágenes y contenidos que visualizan pasan a formar parte de
su memoria y, posiblemente, de su repertorio de conductas.
Aprender a vivir en un mundo de
alta tecnología de manera efectiva, segura y responsable es una tarea que
necesitamos comenzar a enseñar a los niños cuanto antes mejor. Algunas
recomendaciones para los padres son:
- · Establecer límites en el uso de las nuevas tecnologías. Es más fácil establecer límites cuando su hijo tiene 2 a 12 años, así que tome estas medidas cuanto antes. Es mejor jugar o mirar con ellos y comentar lo que ven.
- Enseñar cómo navegar de forma segura por internet.
- · Conocer los medios y redes sociales que sus hijos visitan.
- · Asegurarse de elegir juegos apropiados para su edad.
- · Desconectarse. ¿Está siempre encendida la televisión en casa, incluso cuando nadie está mirando? ¿Lleva su smartphone a la mesa? Dé un buen ejemplo limitando su tiempo de uso y aprovechando esos momentos libres para estar con su familia.
- · Despedir a la niñera electrónica. No encienda el dispositivo cada vez que los niños estén aburridos o necesiten un descanso.
- · Enseñar cómo la tecnología puede ayudar al aprendizaje. Debemos enseñar a nuestros hijos a aprovechar las ventajas de Google, pero también la importancia del pensamiento crítico.
- ·
Ser
escéptico. Si un programa está etiquetado como educativo, eso no significa necesariamente que lo sea.
Sara Olavarrieta Bernardino
Doctora en Psicología
Alicia Martín Pérez
Psicóloga Clínica
AMP Psicólogos. www.psicologosaranjuez.com