martes, 29 de mayo de 2018

ADICCIONES ¿SIN DROGAS?


Cuando hablamos de adicciones lo asociamos fácilmente al consumo de sustancias tóxicas tanto legales, como pueden ser algunos fármacos, el tabaco o el alcohol, como ilegales. Pero desde hace algunos años empiezan a identificarse oro tipo de conductas adictivas que no conllevan el consumo de sustancia alguna.

Tal vez, se está dando relevancia en este sentido al uso desmesurado de los medios tecnológicos, como puede ser pasar mucho tiempo conectado a internet, los juegos en el ordenador, el uso del móvil y la incapacidad de separarnos de él, entre otras, pero son muchas las conductas que pueden convertirse en adictivas, como el juego, el sexo, las compras o  el comer.

Cualquier conducta placentera tiende a repetirse y puede convertirse en un comportamiento adictivo. Es importante establecer que para poder hablar de adicción han de cumplirse, al menos cuatro requisitos:

1.       Pérdida de control: la conducta placentera tiende a repetirse, disminuyéndose progresivamente la capacidad de elección. Aunque la persona, o su entorno, perciba que dedica un tiempo inadecuado (por cantidad o por resultar inoportuno), no puede evitar llevarla  a cabo.
2.       Fuerte dependencia psicológica: se experimenta un deseo intenso por realizar esa actividad, se generan unas altas expectativas de bienestar y la mente está continuamente ocupada en pensamientos relacionados con la misma.
3.       Pérdida de interés por otras actividades gratificantes que son poco a poco sustituidas por la adicción. Habitualmente hay una negación de este cambio en los hábitos.
4.       Interferencia grave en la vida cotidiana: se dejan de lado intereses, relaciones personales, y pueden suponer pérdidas económicas significativas, problemas laborales, escolares y familiares.

Al inicio, lo que mantiene la conducta es el efecto placentero que produce, pero cuando va evolucionando aparece la necesidad de reducir el malestar que genera el no poder acceder a aquello que se ha convertido en adictivo, dándose, como en las toxicomanías, el síndrome de abstinencia, que se caracteriza por:
*Impulso en forma de deseo intenso.
*Tensión creciente hasta la ejecución de la conducta.
*Desaparición temporal de la tensión.
*Vuelta gradual del impulso.

Se establece así un círculo vicioso que acaba siendo dañino. Como dice el profesor Enrique Echeburúa: ”Todas las adicciones acaban por minar la vida de quienes la sufren y de los que los rodean”.

Cuando la persona es capaz de identificar que algún comportamiento comienza a interferir en su vida puede poner en marcha mecanismos de control que le ayuden a regularse, pero cuando el problema está instalado es muy difícil resolverlo por uno mismo. 



La intervenciones dirigidas a superar las adicciones se inician con un análisis exhaustivo de los patrones emocionales, mentales y conductuales que presenta la persona y consisten fundamentalmente en el aprendizaje de estrategias que permitan establecer un control adecuado de los impulsos y de la ansiedad, la resolución de conflicto personales,  la ampliación de actividades positivas, la reorganización del estilo de vida, el tratamiento de otros problemas que pueden llevar asociados y la prevención de recaídas.

Alicia Martín Pérez
Psicóloga Clínica
www.psicologosaranjuez.com


martes, 20 de febrero de 2018

NEVAS TECNOLOGÍAS. BUEN USO CON MENORES



               Nuevas tecnologías: buen uso en niños y adolescentes

            Vivimos en un tiempo en el que la mayoría de los niños preescolares no saben coger una cuchara, pero pueden entender cómo usar el último aparato electrónico. 

              Aunque sabemos que las nuevas tecnologías son esenciales para que los niños y adolescentes puedan sobrevivir en este mundo hiperconectado y sobresalgan en el ámbito escolar y más allá, es difícil no sentirse aturdido por la manera en que la tecnología parece haberse apoderado de nuestra vida.

            La Academia de Pediatría estadounidense establece en dos horas al día el límite recomendable de estancia frente a una pantalla para los menores. Según un reciente estudio de la Fundación Española de Nutrición (FEN) publicado en la revista internacional BMC Public Health, casi la mitad de los niños y adolescentes españoles superan este límite durante la semana, elevándose esta cifra al 84% los fines de semana. El hecho de que la mayoría de los dispositivos sean móviles, da acceso a los niños a todos los contenidos en cualquier lugar: en el autobús escolar, en la sala de espera del médico o en un viaje a casa de la abuela, aumentando significativamente su uso.

           Estas son algunas de las frases que escuchamos en la consulta con frecuencia en relación a este tema: “No hay duda de que la tecnología es un gran atractivo, pero a veces conseguir que apaguen los dispositivos puede ser una batalla”; "Cuando mi hijo se pone nervioso en un restaurante, mi teléfono salva vidas"; "Vemos la tecnología como una inversión en el futuro de nuestros hijos"; “El iPad es especial: divertido, educativo y portátil. ¡Y no hay nada que limpiar después!"; “Está enganchado al móvil: no estudia, no come, no duerme… ¡todo el día pendiente del móvil!”

          Algunos expertos que están preocupados por las posibles consecuencias de un abuso de las nuevas tecnologías, con estudios que relacionan el tiempo pasado delante de la pantalla con la obesidad (debido al sedentarismo), la dificultad para prestar atención, la incapacidad de hacer amigos del mundo real, una menor creatividad, el bajo rendimiento académico y el aumento de la agresividad. Éstos argumentan que las nuevas tecnologías privan a los niños del juego creativo práctico que es tan esencial para el desarrollo. Sin embargo, otros expertos aplauden el hecho de que la tecnología hace que el aprendizaje sea divertido e involucra a los niños en la exploración y resolución de problemas. El verdadero desafío consiste en averiguar cómo ayudar a nuestros niños a beneficiarse de estas herramientas, asegurarse de que están jugando y aprendiendo a la vez. 

             La tecnología en sí misma no crea problemas, lo que importa es lo que hacemos con ella. As, al igual que se debe supervisar los alimentos que comen los niños, se deberían introducir nuevas tecnologías de calidad cuando los niños estén preparados cognitivamente para ello, ayudarlos a pensar en lo que ven y oyen, y asegurarse de que no están sacrificando tiempo para las tarea escolares, la actividad física, la familia o los amigos.
                Lo que hace que un programa de ordenador, una aplicación o un programa de televisión sea educativo se puede resumir en una sola palabra: el contenido. Un programa bien diseñado puede mejorar la alfabetización o las habilidades matemáticas y aumentar la preparación para la escuela. Por supuesto, también es prudente proteger a los niños pequeños de contenidos que asusten o que sean violentos y de productos demasiado comerciales. Los niños menores de 7 años no siempre pueden diferenciar entre la fantasía y la realidad. Además, las personas aprendemos por imitación y, aunque no está demostrada una relación directa entre el uso de videojuegos violentos y la agresividad, las imágenes y contenidos que visualizan pasan a formar parte de su memoria y, posiblemente, de su repertorio de conductas.
              Aprender a vivir en un mundo de alta tecnología de manera efectiva, segura y responsable es una tarea que necesitamos comenzar a enseñar a los niños cuanto antes mejor. Algunas recomendaciones para los padres son:
  • ·         Establecer límites en el uso de las nuevas tecnologías. Es más fácil establecer límites cuando su hijo tiene 2 a 12 años, así que tome estas medidas cuanto antes. Es mejor jugar o mirar con ellos y comentar lo que ven.
  •      Enseñar cómo navegar de forma segura por internet.
  • ·      Conocer los medios y redes sociales que sus hijos visitan.
  • ·         Asegurarse de elegir juegos apropiados para su edad.
  • ·    Desconectarse. ¿Está siempre encendida la televisión en casa, incluso cuando nadie está mirando? ¿Lleva su smartphone a la mesa? Dé un buen ejemplo limitando su tiempo de uso y aprovechando esos momentos libres para estar con su familia.
  • ·     Despedir a la niñera electrónica. No encienda el dispositivo cada vez que los niños estén aburridos o necesiten un descanso.
  • ·       Enseñar cómo la tecnología puede ayudar al aprendizaje. Debemos enseñar a nuestros hijos a aprovechar las ventajas de Google, pero también la importancia del pensamiento crítico.
  • ·       Ser
    escéptico. Si un programa está etiquetado como educativo, eso no significa necesariamente que lo sea.

Sara Olavarrieta Bernardino
Doctora en Psicología
Alicia Martín Pérez
Psicóloga Clínica
AMP Psicólogos. www.psicologosaranjuez.com



miércoles, 3 de enero de 2018

ESTRÉS: CLAVES



¿NOS AFECTA EL ESTRÉS A TODOS POR IGUAL?

       La OMS define el estrés como "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Desde este punto de vista, el estrés simplemente es la respuesta de un organismo frente a un cambio en el mundo exterior que le rodea.

        Ampliando algo más este concepto podríamos añadir el conjunto de respuestas cognitivas (pensamientos), emocionales y conductuales que se ponen en funcionamiento ante los eventos de la vida.
                Conviene señalar, que si bien en el lenguaje coloquial tiene una connotación negativa, el estrés, en realidad es una respuesta adaptativa, sana, que nos permite resolver nuestro día a día. Es el término distrés el que se emplea cuando supone un deterioro o genera problemas.

                Una cuestión crucial que se plantea en el ámbito científico es ¿por qué si todos estamos sometidos a estresores no todas las personas desarrollan trastornos psicológicos?, ¿Por qué hay personas que resuelven de manera adecuada las circunstancias más doloras y penosas, mientras que otros se ven desbordados por pequeños inconvenientes?.

                Las respuestas han ido orientadas a valorar las siguientes causas:
·         La situación o experiencia vivida: las cargas excesivas a lo largo de la historia personal pueden aumentar la probabilidad de generar determinados trastornos.
·       La respuesta del sujeto: la manera de afrontar las experiencias vitales, tanto positivas como negativas, son clave para generar fortalezas o debilidades.
·          Las características de personalidad: factores individuales estables que propician determinado tipo de respuestas repetidas, que de ser inadecuadas generan estilos desadaptativos.

Los trastornos más comúnmente asociados con el estrés se pueden categorizar en tres bloques y pueden darse por separado o de manera combinada:
-     Psicosomáticos: palpitaciones, dolores de cabeza, trastornos digestivos, problemas de sueño, alergias, alteraciones menstruales, dificultades de concentración…
-  Conductuales: aislamiento social, conductas impulsivas o agresivas, irritabilidad, incremento del consumo de sustancias adictivas, bajo rendimiento en el trabajo,…
-     Emocionales: impaciencia, ansiedad, sentimientos de soledad, sensación de impotencia, estado depresivo,…

Distintos estudios han identificado una serie de características personales, que se pueden aprender y por tanto desarrollar, como las claves para aumentar nuestras fortalezas frente al estrés:

  • Optimismo: creer que uno obtendrá buenos resultados en la vida, anticipando consecuencias positivas.
  • Vitalidad: experiencia subjetiva de energía. 
  •  Entusiasmo: motivación y compromiso en el afrontamiento de las tareas cotidianas.
  • Perdón: capacidad de sobreponerse al daño ocasionado por otros. 
  • Gratitud: capacidad de reconocer y apreciar los aspectos positivos de la vida, de recibirlos como un regalo. 
  •  Autoestima: valoración adecuada de uno mismo, reconociendo las virtudes propias y los defectos, para modificar aquellos que verdaderamente generen problemas y aceptar aquellos que no podamos cambiar o sean irrelevantes. 
  •   Reinterpretación positiva de las situaciones: capacidad de pensar las cosas con detenimiento, sin centrarse exclusivamente en lo negativo para generar planes de acción adecuados.

Si te encuentras entre aquellos que han desarrollado estas características personales puedes sentirte afortunado, de alguna manera estás “vacunado” contra el estrés. Si no es así, éste es un buen momento para comenzar a potenciarlas, puedes hacerlo por ti mismo, pero si no sabes cómo, no dudes en consultar con un psicólogo que te oriente.
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos Aranjuez