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miércoles, 2 de octubre de 2019

NECESIDAD DE APROBACIÓN


A la mayoría de las personas nos gusta recibir el aprecio de los demás y ser valorados positivamente por nuestro entorno. Esta cualidad cumple una importante función social, ya que nos permite aprender a identificar los estados emocionales de otros, sus necesidades y preferencias y actuar en consecuencia, facilitando las interacciones sanas, la ayuda, cuando es necesaria, generando bienestar tanto en los demás como en nosotros mismos.

Sin embargo, en ocasiones la aprobación se experimenta como una necesidad que condiciona nuestra vida, que nos obliga a anteponer las opiniones o intereses de los otros a nuestros propios criterios. 

Algunas señales que pueden indicar que se es víctima de la necesidad de aprobación son las siguientes:

·      Dificultad en tomar decisiones por temor a que los demás no estén de acuerdo o no les guste.
·      Cambiar de opinión en función del interlocutor.
·      Preocupación excesiva o enfado cuando alguien muestra desacuerdo.
·      Malestar en situaciones sociales y tendencia a permanecer callado por no sentirse a “la altura”.
·      Perfeccionismo.
·      Anteponer los intereses de los demás a los propios.
·      Preocupación excesiva por la imagen, cuidado en las formas, que hace perder espontaneidad y naturalidad.
·      Preocupación por lo que los demás piensen o digan de uno.
·      Rumiaciones sobre las conversaciones mantenidas para comprobar si el comportamiento ha sido adecuado.
·      Identificación de las críticas o desacuerdos como rechazos.
·      Evitación de situaciones en que se piense que los demás van a estar especialmente pendientes.
·      Incapacidad para “decir NO”, ante peticiones de los demás aunque supongan una seria limitación en el cumplimiento los propios intereses.

Tras estas actitudes se esconde el miedo al rechazo, la baja autoestima, la inseguridad y una serie de pensamientos negativos sobre uno mismo, sobre el juico que los otros pueden hacer y sobre las terribles consecuencias que pueden derivarse de no agradar a todo el mundo. Es importante recordar que:

o   Cada persona es diferente, esto supone un enriquecimiento y una fuente de aprendizaje. Acepta la diferencia.
o   Que alguien muestre discrepancia o haga una crítica, solo significa que no está de acuerdo con algo, NO que te rechace como persona. Además, si alguien muestra rechazo abiertamente, tal vez, no merece la pena.
o   No podemos gustar a todo el mundo, por mucho que hagamos.
o   Nadie es más que nadie.
o   Las personas espontáneas y abiertas reciben más aprobación.
o   Al buscar gustar a todo el mundo nos perdemos a nosotros mismo.
o   La felicidad depende de uno mismo, no de lo que los demás piensen.
o   Es importante cuidar bien a los demás, nuestro aspecto, las normas del grupo, pero sin olvidarse de uno mismo.

Alicia Martín Pérez. Psicóloga Clínica


domingo, 30 de septiembre de 2018

CELOS. ¿NORMALIDAD O PATOLOGÍA?


CELOS: ¿NORMALIDAD O PATOLOGÍA?
Los celos son un sentimiento de malestar causado por el temor a que una persona querida, con la que se desea un estrecho vínculo afectivo y en alguna medida exclusivo, vuelque su afecto en un tercero. Constituyen, en cierto sentido, una muestra de preocupación e interés y puede favorecer el cuidado de quien se quiere, pudiéndose señalar que en sí no son anormales. El problema surge, como en el resto de las emociones, cuando se traspasan ciertos límites y se vuelven dañinos, tanto para el que los sufre como para el objeto de los mismos. 

Así, pueden surgir celos entre amigos, hermanos y por supuesto en la pareja. La mayor parte de as personas han experimentado algún tipo de celos en algún momento y eso no significa que sean celosas. En este artículo nos centraremos en los celos de pareja.

En los celosos tienden a predominar ciertas características:
·         Inseguridad y dependencia emocional.
·         Desconfianza.
·         Baja autoestima.
·         Dificultades en las relaciones sociales.
·         Sentimientos de posesión
Las situaciones generadoras de celos en las personas vulnerables pueden ser múltiples, ya que cualquier acontecimiento puede desencadenar el miedo a que la persona amada pueda alejarse. En un primer estadío pueden ser difíciles de identificar confundiéndose con un verdadero interés de cuidado, protección y suelen estar justificados por el celoso por el intenso amor que se profesa. Pero si no se abordan adecuadamente suelen ir en aumento, pudiendo convertir la relación en una verdadera tortura.

El celoso sufre verdaderamente al sospechar, o tener la certeza (aunque no haya ninguna evidencia), que la pareja tiene intereses sentimentales fuera de la relación, y cuando se activa el miedo a la pérdida pone en marcha toda una serie de conductas para comprobar si está en lo cierto. Las más frecuentes son:

·         Tratar de controlar la manera de vestir, cuando considera que su pareja se arregla o puede resultar atractiva para otros.
·         Llamar por teléfono para comprobar donde y con quien se encuentra, pidiendo muchas veces que se envíen pruebas como vídeos,…
·         Querer tener acceso al whtasapp, redes sociales y comunicaciones privadas, y si no obtiene permiso, espiar.
·         Intentar limitar las relaciones y las salidas individuales.
·         Reclamar continuamente tiempo para estar solos.
·         Interrogar cuando se ha realizado alguna actividad en la que no ha participado.
·         Mostrar intranquilidad cuando se realizan actividades por separado, incluso ir al trabajo.

Es muy importante que en un primer momento no se caiga en la trampa de confundir el amor con los celos, evitando dar demasiadas explicaciones, manteniendo los gustos, intereses, la privacidad y autonomía personales. Ceder a las peticiones genera, de inicio, un efecto tranquilizador, pero propicia que los celos vayan en aumento.

Si los celos comienzan a hacer difícil la relación, no hay que esperar, en muchas ocasiones pueden conllevar conductas violentas y cuanto más tiempo pase, más difícil será su solución.
Consultar con un especialista puede suponer resolver este problema y ahorrar muchos disgustos.
Alicia Martín Pérez
Psicóloga Clínica
AMP Psicólogos
www.psicologosaranjuez.com