El desarrollo de la autonomía personal es, desde el punto de vista
psicológico, un objetivo prioritario en la educación de los hijos. Un niño
autónomo es capaz de realizar por sí mismo tareas y actividades adecuadas a su
edad y propias de su entorno socio cultural, lo cual favorece
una buena
autoestima y confianza en sí mismo.
Por el contrario, un niño poco autónomo es un niño dependiente, que requiere
ayuda continua, mostrando poca iniciativa, incrementándose la probabilidad de
presentar problemas de aprendizaje y de relación con los demás.
Con frecuencia, la
tarea de ayudar a los niños a desarrollar hábitos de autonomía no es sencilla. En
ocasiones los padres se
anticipan a las acciones de sus hijos, y no les dejan realizar tareas que
podrían hacer solos. Esos padres actúan así para evitar que se hagan daño, se
frustren si no consiguen sus objetivos, para conseguir resultados más rápidos
haciéndolo ellos mismos, o porque una exigencia excesiva les lleva a no confiar
en la capacidad de sus hijos para realizar las tareas de forma adecuada.
Para fomentar la autonomía
de modo adecuado, es necesario tener en cuenta que cada niño desarrolla sus capacidades
de una forma distinta, por tanto, se debe conocer cuáles son las características
reales de cada niño, ayudándole en su justa medida. Asimismo, se debe dar la
oportunidad de experimentar y equivocarse.
Algunas
recomendaciones que contribuirán a fomentar la autonomía:
· Tanto en
la casa como en el colegio asignarles responsabilidades: recoger su habitación,
vestirse y comer solos, llevar el plato a la cocina, preparar su mochila, etc.
· Si el
niño se equivoca, hablar con él sobre lo que ha pasado, qué consecuencias debe
enfrentar y qué se puede hacer la próxima vez.
· Establecer
reglas y límites claros y con consecuencias razonables en el hogar.
· Enseñarles
a esperar su turno.
· Estimularlos
con comentarios positivos sobre sus logros.
· Invitarlos
a participar en los planes para eventos familiares.
· Invitar a
sus amigos a casa y dejar que vayan a otras casas de visita.
· Permitir
que se equivoquen.
· Permitirles
organizar su propio tiempo libre.
· Establecer
horarios y rutinas claras.
FIRMA: A.M.P. PSICOLOGÍA
Magdalena Sáenz Valls
Alicia Martín Pérez
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