“Estoy enamorado como el primer día”. Hemos escuchado esta frase en muchas ocasiones o incluso la hemos pronunciado pero, ¿realmente es así?. Cualquier sentimiento va evolucionando con el paso del tiempo y esto mismo ocurre con el sentimiento amoroso.
En un primer momento, todos nuestros pensamientos y energías se vuelcan en el objeto de nuestro amor. La pasión y las ganas de estar junto al otro son enormes. Nos cuesta mantener la concentración en otras cosas y dedicamos a la pareja la mayor cantidad de tiempo posible.
Con el tiempo, la intensidad de estas experiencias disminuye y recuperamos de nuevo la normalidad. Este cambio resulta necesario y es muy adaptativo ya que, si no se produjera, dejaríamos de cuidar otros aspectos muy importantes de nuestra vida como el trabajo, los amigos, la familia o nuestras aficiones.
Así pues, la pasión disminuye en cierta medida pero la confianza, la intimidad y el compromiso se
hacen más fuertes.
hacen más fuertes.
No obstante, es muy importante que la rutina diaria, nuestras actividades cotidianas o el ritmo de vida vertiginoso en el que vivimos, no nos impida seguir alimentando la “llama” en nuestra relación de pareja. Por ello, os hago las siguientes sugerencias:
- Dedicar un espacio y un tiempo exclusivo a nuestra pareja cada día: establecer espacios exclusivos para la relación y el amor. Además de cumplir con las obligaciones laborales, con los amigos, con las distintas actividades…reservar momentos para la pareja la enriquece y prolonga el romance.
- Buscar actividades nuevas y diferentes para compartir con la pareja: es una forma de acabar con la rutina y aumenta la motivación. También es buena idea incluir a la pareja en algunas de las cosas que nos interesan y viceversa.
- Promover la comunicación: hablar sobre necesidades, deseos, ilusiones, preocupaciones… es un aspecto fundamental dentro de la dinámica de una relación.
- Favorecer la calidez afectiva: las parejas se sustentan fundamentalmente en el afecto. Así pues, es importante cuidar las palabras cariñosas que le dirigimos al otro, besar y cuidar determinados gestos y detalles. Podemos también aprovechar las fechas señaladas, como aniversarios, ya que son una oportunidad para hacer algo distinto a lo de siempre. Si jugamos con la imaginación, ayudamos a que el encanto y la pasión no decaigan.
- Facilitar el contacto físico: cuidar el aspecto personal, preparar un entorno adecuado, seducir al otro…son elementos que facilitan el encuentro y el pasarlo bien en compañía de nuestro compañero/a. No se trata tanto de acabar manteniendo relaciones sexuales como de disfrutar de un contacto mutuamente gratificante. Si esto deriva en una relación sexual deseada por los dos será algo bueno pero no es el objetivo último.
Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP Psicólogos.
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