EL MIEDO PATOLÓGICO A ESTAR ENFERMO
La salud es uno de los nuestros principales temas de
preocupación. Estaremos de acuerdo en que el cuidado de la misma supone uno de
los mayores intereses sociales, así se han establecido sistemas de atención
médica para satisfacer nuestras demandas, pasando históricamente de la atención
a la enfermedad cuando esta aparece a crear protocolos de prevención para
disminuir su incidencia.
Cuidarse, seleccionar aquellos hábitos de vida
saludables y descartar aquellos nocivos, así como hacer un buen uso de los
servicios sanitarios favorecen una vida de calidad y un óptimo abordaje de los
procesos de enfermar. Así, recibimos continuamente información sobre distintas
enfermedades, más o menos graves, y consejos, no siempre contrastados para
mantener a raya las más diversas patologías.

Algunas de las características principales son las
siguientes:
- Hipervigilancia de las sensaciones corporales
- Auto exámenes físicos para comprobar que todo es correcto
- Visitas recurrentes a diferentes profesionales sanitarios o parasanitarios.
- En otros casos, se evita acudir al médico por miedo a un resultado funesto
- Rumiaciones constantes y obsesivas acerca de enfermedades
- Búsqueda de recurrente de información acerca de lo que se cree padecer
- Hablar de la enfermedad
- Evitar conversaciones o situaciones que tengan que ver con enfermedades.
- Tendencia a una interpretación catastrofista del significado o de las consecuencias de las sensaciones físicas
- Atención centrada en uno mismo
- Baja o nula expectativa de solución
- Preocupación continua por el estado de salud
- Incapacidad para dar por válidos los resultados de las pruebas médicas
- Elevados niveles de ansiedad
- Angustia
- Miedo
- Incomprensión

El miedo y/o la angustia se puede disparar por
circunstancias externas, como tener conocimiento del fallecimiento o enfermedad
grave de alguien o escuchar información sobre enfermedades (la persona cree
padecerlas todas), o por eventos internos como notar alguna sensación o dolor
que la persona califica como peligro.
El hipocondríaco se siente muy incomprendido, percibe
realmente sus sensaciones y dolores, se siente verdaderamente enfermo y teme
por su integridad, y sin embargo, nadie es capaz de darle una explicación.
Esta patología puede ser muy incapacitante, llegando a
suponer un condicionante de la vida de la persona, afectando las relaciones
sociales, laborales y familiares.
El abordaje de este problema consiste, básicamente, en
lograr que la persona pierda el miedo patológico a enfermar y logre cuidarse
adecuadamente. Para ello es necesario que aprenda a hacer una interpretación
realista y ajustada de las sensaciones, sepa calmarse cuando identifica las
señales y elimine las conductas de comprobación.
La superación de este problema, por tanto, no se
conseguirá mediante el convencimiento a través de pruebas diagnósticas, si no
por medio de una adecuada intervención psicológica.
Alicia Martín Pérez
Psicóloga Clínica
www.psicologosaranjuez.com