viernes, 29 de junio de 2018

INTELIGENCIA EMOCIONAL



                ¿Cómo podemos ser tan racionales en un momento y tan irracionales en el momento siguiente?. ¿Por qué hay algunas personas que parecen actuar llevados por estados emocionales sin que la razón forme parte de sus vidas y por el contrario otras que parecen no verse afectadas por nada actuando de manera lógica y racional en la mayoría de sus decisiones?.

                Sabemos que razón y emoción no siempre van de la mano, a menudo no actúan de forma complementaria generándonos problemas de distinta índole. 

                La mente emocional es mucho más veloz que la mente racional, capta las cosas de una vez, como una totalidad simplificando muchos aspectos, supone una especie de radar que nos alerta, nos serena o nos alegra poniendo en marcha toda una serie de mecanismos fisiológicos que nos impulsan a la acción. Asimismo, nos permite sentir si estamos en sintonía con los demás o con las situaciones generando sensación de acercamiento o rechazo. Esta velocidad puede suponer que las emociones se apoderen de nosotros y no nos permita responder de forma adecuada a nuestros intereses personales o sociales. 

La mente racional invierte algo más de tiempo en registrar y responder ante una determinada situación, identifica más aspectos de la realidad y a su vez hace una valoración de la propia emoción interviniendo en su regulación. 

No podemos elegir las emociones que tenemos, no podemos decidir qué emoción vamos a tener, lo único que la mente racional puede controlar es el curso que siguen estas reacciones.
Ambos procesos son fundamentales para una buena salud psicológica, cuando uno de los dos procesos se impone o anula al otro surgen problemas de inseguridad, ansiedad, dificultad en la toma de decisiones, problemas en las relaciones sociales, entre otros.

Tradicionalmente se ha entendido que la inteligencia medida por la competencia académica o por el cociente intelectual era un indicativo de éxito. Pero ya es sabido que personas académicamente brillantes o con un alto CI pueden ser pésimos timoneles de sus vidas. 

Hace varias décadas que se acuñó el término “Inteligencia Emocional” al observar que aquellas personas más capaces de conocer y regular sus emociones, más hábiles en captar y entender los sentimientos de los demás, consiguen vidas más plenas y significativas, ya que estas aptitudes determinan el grado de destreza que alcanzaremos en el dominio de todas nuestras facultades. Por el contrario, quienes no pueden gestionar su vida emocional, se debaten en constantes luchas internas que socavan su capacidad de trabajo y les impiden pensar con claridad, además encuentran serias dificultades para establecer relaciones personales significativas. 

Pero, ¿podemos aprender a ser más inteligentes emocionalmente?. Son muchos los aspectos que se pueden abordar en este sentido, aprovecho este espacio para plantear algunas sugerencias:

1.      Explora y conoce tus propias emociones. La capacidad de reconocer un sentimiento en el momento que aparece constituye la piedra angular de la inteligencia emocional. Aprende a ponerle nombre, utiliza distintas palabras para los distintos matices, si pensamos, por ejemplo, en la alegría (una emoción básica) podemos identificarla como felicidad, gozo, contento, deleite, diversión o satisfacción, entre otros términos.


2.          Desarrolla estrategias para regular la emoción. Escucha lo que sientes y trata de identificar el significado de tus sentimientos. Identifica qué situaciones, pensamientos o conductas te ayudan a apaciguar tus estados alterados. Además, busca qué te ayuda a facilitar los estados que te benefician en la vida. 

3.            Desarrolla la capacidad de motivarte.

4.          Párate y escucha a los demás. Aprende a reconocer las emociones ajenas. La empatía es la habilidad de sintonizar con los otros, de percibir de manera adecuada cuales son sus sentimientos y necesidades.

5.            Cuida tus relaciones. Las personas con habilidades sociales sobresalen en la mayoría de las áreas de la vida.

6.           Aprende a ser asertivo. Pon empeño en expresar adecuadamente tus sentimientos, cuidando que tus derechos se respeten y atendiendo a las necesidades de los demás.

Si estás interesado en conocer más acerca de la inteligencia emocional, hay mucha bibliografía disponible, consulta en tu librería de referencia, asimismo, hay muchos programas de difusión disponible, eso sí, asegúrate que sean fiables. Si verdaderamente consideras que puedes tener un problema en este sentido puedes poner en contacto con un psicólogo clínico o sanitario, te será de gran ayuda. 
Alicia Martín Pérez
AMP Psicólogos Aranjuez

No hay comentarios:

Publicar un comentario