¿Realmente
existe nuestra media naranja? ¿Estamos destinados a encontrar a
nuestro príncipe azul? ¿Podemos vivir nuestro cuento de hadas con
princesas y ranas? ¿Existe el amor a primera vista? ¿El amor lo
puede todo? ¿Hay una pareja perfecta?
El
amor es un fenómeno amplio y complejo capaz de proporcionarnos
experiencias sumamente positivas pero también grandes sufrimientos
si no lo entendemos de forma adecuada.
Lo
cierto es que el fenómeno del amor está influenciado por muchos
tópicos y estereotipos que tienen su origen en las distintas
culturas, en los cuentos o en las películas de Hollywood y que
pueden crear ideales románticos irreales, inalcanzables y muy
destructivos.
Algunos
de los mitos románticos más comúnmente presentes en nuestra
sociedad son los siguientes, podemos tratar de identificarlos y
sustituirlos por ideas más adaptativas y realistas sobre el amor en
pareja:
MITO
1: Todos tenemos una media naranja.
No
existe nuestra media naranja ni nuestra alma gemela. Somos muchos
millones de personas en el planeta y existen muchas personas con las
que podemos ser muy compatibles y tener una vida muy feliz. Existen
muchas medias naranjas para cada uno de nosotros. Empeñarse en que
sólo existe un alma gemela, puede hacernos desestimar personas que
serían un buen compañero/a o, por el contrario, obsesionarnos con
salvar una relación que no puede funcionar o que conlleva demasiado
sufrimiento.
MITO
2: El amor verdadero puede con todo.
El
amor no es suficiente para solucionar algunos problemas. Que exista
compromiso, comunicación y cierta similitud en cuánto a algunos
valores y principios vitales es necesario para que una relación
pueda funcionar. Ésta ingenua idea puede llevarnos a no afrontar
conflictos y a mantener relaciones insatisfactorias al pensar que con
el amor las cosas mejorarán.
MITO
3: Los celos son un signo de amor.
Los
celos nunca son un signo de amor sino de inseguridad y necesidad de
control. Este comportamiento nunca debe ser reforzado ni aceptado.
Probablemente, si estas conductas se repiten, y no hay motivos reales
para que lo hagan, sería recomendable acudir a un profesional para
poder establecer una relación sana basada en la confianza, en la
libertad y en el cariño.
MITO
4: Los polos opuestos se atraen.
Las
diferencias no son tan importantes como la forma que tengamos de
manejarlas y adaptarnos a ellas. Sin embargo, parece que coincidir en
las formas básicas de entender la vida, con intereses y gustos
comunes, está más vinculado con la felicidad. Tener muchas
discrepancias con una pareja muy distinta a nosotros es fuente de
conflicto constante e insatisfacción.
MITO
5: Mi pareja tiene que cubrir todas mis necesidades.
No hay
nadie que pueda cubrir TODAS nuestras necesidades y no es realista
esperarlo. Son muchos los ámbitos de nuestra vida que debemos
cultivar (pareja, amigos, familia, trabajo…) y muchas las personas
que cubren nuestras distintas necesidades. Además, no debemos
esperar que nuestra pareja haga lo que deberíamos hacer nosotros
mismos.
MITO
6: Si mi pareja me quiere de verdad, me entenderá sin necesidad de
palabras.
Que
sepamos, ningún hombre ni mujer posee el extraordinario poder de
leer el pensamiento ajeno. Aunque muchas parejas duraderas consideren
que se conocen tanto que no necesitan hablar para entenderse, lo
cierto es que la lectura del pensamiento es un error frecuente que
lleva a muchos malentendidos, frustraciones y necesidades no
cubiertas. Si queremos que nuestra pareja sepa lo que pensamos o cómo
nos sentimos debemos decírselo. Y si queremos que haga algo por
nosotros debemos pedírselo! Sin duda, eso sí será una señal de
amor.
MITO
7: Si hay conflictos significa que la relación no funciona.
No
existe la pareja que no se pelee nunca. Vivimos en una sociedad en la
que se tiene mucho miedo al enfrentamiento. Sin embargo, éste es
necesario para aclarar puntos de vista, negociar acuerdos y generar
cambios positivos para la relación. Lo importante es que sepamos
discutir y gestionar los conflictos de forma adecuada, respetuosa y
constructiva.
MITO
8: La pasión desaparece con el matrimonio.
Es
cierto que el enamoramiento y esa pasión arrebatadora inicial que lo
acompaña desaparecen con el tiempo. Afortunadamente esto es así o
de lo contrario emplearíamos todos nuestros recursos cognitivos y
emocionales en el otro, lo cual nos impediría funcionar
adecuadamente en el resto de áreas de nuestra vida…No obstante,
hay muchas maneras de mantener la chispa encendida en una relación
de pareja. Podemos cuidar y alimentar la pasión en una relación
duradera, sobre todo si le ponemos romanticismo, esfuerzo e
imaginación.
Estas
creencias equivocadas pueden tener consecuencias negativas a la hora
de elegir o mantener una pareja.
Es
mejor atreverse a cuestionarlas y probar lo que a cada uno le sirve y
le hace feliz y lo que no. Esto nos acercará mucho más a una vida
amorosa a largo plazo auténtica y sincera.
Paloma
Suárez Valero.
Alicia
Martín Pérez.
AMP
Psicólogos.
Telf: 91 865 75 24.
http://www.psicologosaranjuez.com
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