lunes, 26 de noviembre de 2012

DESTERRANDO MITOS SEXUALES


Los mitos sexuales son ideas que contienen información sexual equivocada y que carecen de rigor científico. Sin embargo, y a pesar de su inexactitud, muchas de éstas creencias se han impuesto en nuestras mentes llegando a generar altas dosis de malestar, serias dificultades para  vivir la sexualidad de manera sana  y problemas  en las relaciones de pareja.

Estos problemas podrían ser fácilmente eliminados si rompiéramos con éstas ideas equivocadas y las sustituyéramos por otras más válidas y realistas.

Vamos a tratar de desmontar en éste artículo algunos de los mitos sobre la sexualidad más extendidos:

·       Toda relación sexual debe acabar en penetración: es uno de los mitos más extendidos, sin embargo la realidad es que la sexualidad debe ser entendida como una experiencia amplia, que implica todos los sentidos. Aunque la penetración resulta muy placentera, sería una equivocación reducir las relaciones sexuales solo a la penetración porque nos perderíamos gran parte de la intimidad y la comunicación con nuestra pareja.

·       Una relación sexual normal tiene que acabar con un orgasmo: el orgasmo es una fase más de la respuesta sexual pero no tiene que producirse siempre. Muchas mujeres con dificultades para alcanzar el orgasmo o que no lo consiguen, sienten que son “defectuosas”, sin embargo que éste no se produzca no es indicativo de ninguna anormalidad. En realidad esta dificultad suele ser el resultado de un mal aprendizaje sexual, de prácticas inadecuadas y de creencias excesivamente exigentes a cerca del rendimiento. Si nos quitamos esa presión disfrutaremos mucho más de la excitación y los juegos compartidos con el otro.

·   Los hombres siempre están listos para una relación sexual: la respuesta sexual masculina hace que alcancen generalmente un nivel de excitación elevado antes que las mujeres. Sin embargo, esto no implica que “todos los hombres y siempre” estén dispuestos a mantener relaciones sexuales.

·      Los hombres siempre tienen que tomar la iniciativa en las relaciones sexuales. Si lo hacen las mujeres es que son promiscuas: la sexualidad debe ser vivida como un acto libre tanto por hombres como por mujeres. La represión femenina de la sexualidad es producto de presiones culturales, no biológicas.

·         Si dos personas se aman, deben saber de manera intuitiva satisfacerse sexualmente el uno al otro: aunque haya personas que puedan tener una “química especial”, nadie nace sabiendo, el entendimiento sexual es algo que se aprende y se desarrolla con el tiempo, a través de una comunicación clara con el otro, explicando necesidades y deseos con respeto y libertad.

·    Es importante alcanzar el orgasmo simultáneo: el sexo es una compleja mezcla de factores físicos, psicológicos y del entorno. Pretender que dos personas respondan sexualmente de la misma manera es bastante irreal. De hecho, la inmensa mayoría de las parejas no logran nunca alcanzar un orgasmo simultáneo. Olvidémonos de esas exigencias irracionales y disfrutaremos mucho más de nuestra sexualidad.

·       El alcohol es un estimulante sexual: aunque la ingesta de alcohol en ocasiones se utiliza (erróneamente) como modo de afrontar situaciones que generan ansiedad (como puede ser un encuentro sexual), lo cierto es que el alcohol es un inhibidor del sistema nervioso, de modo que lejos de ayudarnos puede bloquear la respuesta sexual, haciendo difícil conseguir una erección o un nivel de excitación suficiente.

     El sexo debe surgir de forma mágica y espontánea e ir precedido de mucho deseo: no siempre es así. La pasión puede disminuir después de un tiempo y el ritmo de vida que llevamos, con estrés, cansancio y pocos momentos de encuentro pueden hacer difícil el que una relación sexual surja por sí sola. La sexualidad hay que cuidarla, prestando atención a la seducción y la conquista, buscando espacios que faciliten los encuentros  y rompiendo con la rutina.

·     Un pene circunciso no obtiene las mismas sensaciones que uno no circunciso: la circuncisión no afecta a la existencia o no de sensaciones placenteras. Incluso hay personas que coinciden en que son más higiénicos y estéticos…

·       En la tercera edad ya no se disfruta del sexo: aunque el sistema hormonal cambia con la edad, en la tercera edad es perfectamente posible disfrutar plenamente del sexo. Hay muchas personas que practican un sexo más reposado y optando por posturas más cómodas en ésta etapa de la vida, en la que la unión y el placer de tantas cosas compartidas lo convierten en una experiencia tremendamente gratificante.

Desterrar todos éstos mitos nos puede llevar a vivir nuestra sexualidad de una forma mucho más plena y saludable.

Es importante eliminar las presiones y permitirse disfrutar sin exigencias.

El sexo es algo bueno siempre y cuando parta del respeto, del cuidado de uno mismo y de la otra persona, satisfaciendo necesidades mutuas y con un consentimiento recíproco.




Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP PSICÓLOGOS.
www.psicologosaranjuez.com

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