El apego
es el lazo emocional que desarrolla el niño con sus padres (o cuidadores), que
le proporciona la seguridad física y emocional indispensable para su bienestar
y desarrollo.
Se manifiesta a
través de una serie de conductas con la figura de apego:
· Esforzarse
por mantener la proximidad.
· Resistirse
a separarse mostrando ansiedad.
· Mantener
un contacto sensorial privilegiado.
· Necesitarla
como base de seguridad desde la que explorar el mundo físico y social.
·
Refugiarse en ella en momentos de
tristeza, temor o malestar, buscando
apoyo y bienestar emocional.
El tipo de atención que se preste al niño desde el nivel
prenatal influye de manera decisiva en el desarrollo de
su personalidad. Cada etapa del desarrollo humano tiene funciones propias
que provocan un equilibrio o desequilibrio en la persona según sea o no
resuelta satisfactoriamente. Para que el niño se enfrente de manera saludable y
positiva a cada una de esas etapas, es fundamental que adquiera confianza
acerca de sus posibilidades de acción en el entorno.
Los bebés que han desarrollado un estilo de apego seguro,
exploran el entorno de forma activa mientras están con la figura de apego. Pueden
intranquilizarse visiblemente cuando los separan de ella, mostrándose afectivos
y alegres cuando regresa y, si están muy inquietos, tratando de entrar en
contacto físico con ella.
Estos niños se apoyan en sus padres (o cuidadores) como
una base de seguridad cuando están angustiados, confían en que ellos son
sensibles a sus necesidades, y están seguros de que estarán disponibles, les
responderán y les ayudarán en la adversidad.
Ya en la edad adulta, las personas que han establecido un
vínculo de apego seguro tienden a ser más cálidas, estables y con relaciones
íntimas satisfactorias. Suelen ser positivas, integradas y con una visión
coherente de sí mismas. De igual forma, recuerdan con más facilidad sus
experiencias positivas, lo que las lleva a tener expectativas de éxito acerca
de sus relaciones con los demás.
Por tanto, resulta de gran relevancia fomentar un apego seguro en los niños, prestando atención a sus necesidades con
tranquilidad, estableciendo normas, mostrando afecto y favoreciendo canales de
comunicación adecuados.
Magdalena
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Alicia
Martín Pérez
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gracias por el post, seguire educando asi a mi hijo
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