DEL AMOR Y DE LOS CELOS
Una relación de amor se
sustenta en la confianza, en el respeto, en querer agradar al otro y en el
derecho a elegir. Sin embargo, los celos consisten en la necesidad de poseer al
otro, de tenerlo en exclusiva y en el miedo a perderlo o ser abandonado.
Los celos son una emoción
compleja y una experiencia humana universal, están presentes en todas las
culturas.
Ahora bien, no todos los
celos son patológicos. Dependerá de la intensidad de los mismos y de su forma
de manifestarse.
Una cierta dosis de celos,
lo que podríamos llamar “celos normales”, podría cumplir una función positiva y
ejercer hasta cierto punto un efecto protector en la pareja, ya que se le hace
saber al otro que es importante y valioso. Pero, cuidado, estas emociones no
tienen que suponer ningún problema para ambos miembros de la pareja.
Cuando los celos son
exagerados y se pasa a controlar lo que hace la pareja, pueden resultar completamente destructivos, para el que los padece,
para el otro y por supuesto para la pareja.
Los celos patológicos se caracterizan por los siguientes aspectos:
·
A nivel emocional, aparece ansiedad, inseguridad, agresividad, tristeza
y sentimientos de culpa.
·
A nivel cognitivo, surgen pensamientos intrusivos, preocupación y un
miedo desmesurado a la infidelidad de la pareja (real o imaginada).
·
A nivel conductual, se llevan a cabo rituales compulsivos encaminados a
controlar al compañero/a y obtener señales de seguridad y tranquilización.
Estos pensamientos y
sentimientos provocan un gran sufrimiento en la persona celosa pero es cuando
se pasa al plano de la conducta cuando verdaderamente afecta a la pareja y a la
relación.
Frente al miedo a perder al
compañero, la persona celosa pasa a controlar cada movimiento de su pareja.
Controlan su móvil, sus llamadas telefónicas, espían su correo electrónico, les
prohíben salir con amigos, llevar determinado tipo de ropa, les acusan de
provocar o querer seducir a otros, se enfadan si comparten su tiempo con otras
personas, analizan exhaustivamente cada gesto de su pareja…buscando indicios
para asegurar la fidelidad o encontrar pruebas que demuestren que existe una
aventura.
La persona celada pasa
entonces a justificar cada movimiento que hace, reduce y/o extingue por
completo su círculo social, da explicaciones interminables…tratando de
tranquilizar al otro. No obstante, la tranquilidad conseguida dura muy poco, y
pronto vuelve a surgir el miedo y la necesidad de control por parte de la
persona celosa.
Así pues, cada vez son
mayores los sentimientos de inferioridad, la baja autoestima y la dependencia y
la relación de pareja está más deteriorada, pudiendo llegar a producirse, en
los casos más extremos, situaciones de violencia.
¿Qué podemos hacer para superar los celos?
·
La persona celosa tiene que darse cuenta de que lo es. Analizar en qué
momentos surgen los celos, qué piensa, siente y hace en esas situaciones.
·
Mantener una comunicación adecuada con la pareja. Analizando
pensamientos, sentimientos y conductas pueden descubrirse grandes errores de
interpretación.
·
Cuidar la relación de pareja. Cultivar el diálogo, el respeto, la
confianza y dedicar un tiempo a hacer cosas juntos.
·
La persona celada ha de darse cuenta de que consentir que la controlen,
limitar su vida, el exceso de amoldamiento y sumisión para evitar el conflicto
y el malestar de la otra persona, no
calma en realidad los sentimientos de inseguridad sino que a largo plazo, los
agudiza.
Cuando la persona celosa
siente que la única forma de calmar su ansiedad es buscando pruebas
constantemente, la pareja va viendo limitada su vida y los intentos de resolver
este problema no fructifican es recomendable buscar ayuda profesional. En este
sentido los psicólogos pueden enseñar a la pareja a manejar sus pensamientos,
emociones y conductas y de esta manera resolver este problema que puede llegar
a convertirse en verdaderamente limitante.
Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
www.psicologosaranjuez.com
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