A lo largo de su
trayectoria académica, los estudiantes se enfrentan a distintas pruebas para
calificar su aprendizaje en base a unos conocimientos y habilidades para
resolver tareas.
Los exámenes pueden
generar reacciones de ansiedad y estrés que consisten en pensamientos
negativos, reacciones físicas e incapacidad para realizar la prueba por
“quedarse en blanco” a pesar de tener los conocimientos y las habilidades
necesarias.
Para afrontar los
exámenes adecuadamente es importante controlar las manifestaciones de ansiedad,
planificar el estudio sobre todo cuando hay que empezar a estudiar con bastante
antelación y llegar al exámen en buenas condiciones físicas y mentales.
La PAU es una prueba
a la que deben enfrentarse todos los estudiantes que quieren acceder a la
Universidad tras haber terminado el Bachillerato. Para superarla con éxito,
además de dominar los contenidos del exámen hay que tener en cuenta los factores
mencionados ya que muchos jóvenes llegan a esta prueba con más ansiedad de la
debida al considerar que “se están jugando su futuro”.
Ofrecemos a
continuación una serie de consejos que pueden ayudar a superar la prueba con
éxito.
Planificar el estudio
- Es importante realizar un trabajo regular a lo largo de todo el curso que se rematará con repasos en el momento en el que terminan las clases. No podremos superar los exámenes de PAU metiéndonos un atracón de última hora.
- Desde que terminan las clases hasta el día anterior a los exámenes, se repasan los contenidos aprendidos a lo largo del curso para mantener la información en la memoria. Los esquemas y los resúmenes elaborados previamente son muy útiles en este momento. Podemos seguir los siguientes pasos:
- Recordar toda la información sobre el tema reproduciendo el esquema/resumen de forma oral o escrita.
- Repetimos mentalmente el tema mirando el esquema.
- Consultamos los apuntes y el libro para resolver dudas y completar el esquema y el resumen.
- Por último, realizamos una repetición mental de todo el tema.
Resulta muy útil en esta fase auto-examinarse, es
decir, hacerse preguntas y tratar de responderlas.
Se empezará repasando los temas más fáciles, a
continuación los más difíciles y por último los de dificultad intermedia.
Uno o dos días antes del exámen, se hará un repaso
general de toda la materia.
El día antes del exámen
- El estudio debe concluir 24 horas antes del exámen. Lo que no esté aprendido, no se aprenderá en el último momento. El estudio de última hora puede provocar confusión y aumentar la ansiedad.
- Dedica tiempo a descansar y realizar alguna actividad placentera como dar un paseo, escuchar música o practicar algún deporte (esto último, al menos dos horas antes de acostarse).
- Prepara todo lo necesario para el exámen de forma que a última hora no tengas que preocuparte por ello (varios lápices y bolígrafos, gomas de borrar, calculadora, diccionario, D.N.I, hoja de matrícula, justificante de pago de tasas…).
- Intenta evitar las emociones fuertes o negativas (peleas, discusiones…) porque pueden contribuir a olvidar la información y nos desgastan enormemente.
- Cuida tu alimentación y descansa las horas suficientes (duerme, al menos, ocho horas). Llegar descansados y relajados nos ayudará a realizar las pruebas con más eficacia.
Controlar la ansiedad antes y durante el exámen
Hemos comentado al
inicio del artículo que las reacciones de ansiedad son algo habitual cuando nos
enfrentamos a los exámenes. Cuando estamos estudiando es normal notar que nos
encontramos tensos.
Una dosis moderada
de ansiedad es necesaria para que mantengamos la concentración y la motivación
para hacer bien las cosas. Ahora bien, si esta ansiedad se convierte en algo
excesivo podemos llegar a bloquearnos frente al folio en blanco. El miedo al
fracaso puede jugarnos una mala pasada.
Para tener la
ansiedad a raya es importante controlar los pensamientos negativos. En muchos
estudiantes es frecuente que aparezcan pensamientos como “me van a preguntar lo
que no me sé”, “me voy a poner nervioso y no podré responder”, “si no lo
consigo será horrible”, “necesito hacerlo muy bien para entrar en la carrera
que quiero”, “si no sale bien lo habré tirado todo por la borda”…Todos estos
pensamientos pueden llevarnos a perder el control sobre nosotros mismos y
disminuyen nuestro rendimiento.
Para controlar los
pensamientos negativos podemos usar varias estrategias:
- Cambiar el foco de atención: centrarse en la tarea que se está realizando ya sea repasar, pasear o responder una pregunta del exámen, evitando pensar sólo en el aprobado.
- Dedicar unos momentos a relajarnos pensando en algo agradable como un momento feliz, lo que haremos en vacaciones…
- Buscar pensamientos alternativos más realistas y orientados a nuestra capacidad del tipo “he estudiado todo lo que he podido”, “he aprobado muchos otros exámenes”, “la prueba de PAU la pasan con éxito la mayor parte de los estudiantes”...
Para mantener el
autocontrol en situaciones de estrés y minimizar las reacciones físicas de la
ansiedad es muy útil también aprender a relajarse y a respirar de forma
adecuada. La respiración profunda es una técnica sencilla que genera muy buenos
resultados.
Buscaremos un
ambiente cómodo, silencioso y sin interrupciones. Nos colocaremos en una
posición cómoda, preferiblemente sentados con la espalda bien apoyada. Nos
concentraremos únicamente en la respiración. Colocamos una mano en el abdomen y
otra sobre el tórax. Comenzamos a inspirar lenta y profundamente por la nariz,
buscando que el aire llegue al abdomen y se levante la mano colocada sobre el
él. El tórax se elevará menos y al mismo tiempo que el abdomen.
Mantenemos el aire
cinco segundos y lo expulsamos lentamente por la boca haciendo un ruido suave y
relajante, como si estuviéramos soplando.
Realizamos durante 5
o 10 minutos varias respiraciones largas, lentas y profundas, concentrándonos
en la sensación de relajación que producen.
Para entrenarnos debemos
practicar 2 o 3 veces al día en situaciones que no nos provoquen tensión y, una
vez dominada la técnica, podremos practicarla en situaciones estresantes.
El día del exámen
- Es importante que estés descansado. Duerme bien, no consumas excitantes y evita las preocupaciones.
- No repases a fondo el mismo día ya que nos pone nerviosos y nos fatiga.
- Elimina pensamientos negativos sobre el resultado de la prueba y concéntrate en que lo importante es el esfuerzo realizado para preparar el exámen.
- Reunirse con compañeros que estén tranquilos y no comentar nada sobre la prueba. Si no es posible, es más recomendable quedarse solo hasta que empiece el exámen.
- Llega con tiempo suficiente al lugar del exámen. Lo ideal es estar allí 45 minutos antes para evitar nervios y problemas de última hora. Es imprescindible llegar con puntualidad a las distintas pruebas.
- Mantén silencio absoluto y concéntrate en tu exámen. Recuerda que el Tribunal puede expulsar a los estudiantes que incumplan normas de corrección y comportamiento.
- Lee detenidamente las instrucciones del exámen: sistema de puntuación, tiempo del que se dispone, material que se permite utilizar…
- Haz una primera lectura general de todas las preguntas.
- Comienza contestando las preguntas que te sabes, intentando no extenderte demasiado sino contestar concretamente lo que te piden. A continuación pasa a las preguntas que dominas menos.
- Lee despacio y con atención el enunciado de cada pregunta antes de responder. Si estas confuso, léela de nuevo por si has omitido algún detalle.
- Planifica el tiempo durante el exámen: divide el tiempo para resolver cada pregunta y deja un tiempo al final para repasar.
- Si se queda la mente en blanco: no te preocupes, cierra los ojos e inicia una serie de respiraciones lentas y profundas para relajarte. También puedes generar alguna imagen agradable en tu mente. Cuando estés más tranquilo, intenta recordar pero manteniendo el estado de relajación.
- Tómate el tiempo que tú necesites para hacer bien el exámen. No te preocupes si los demás terminan antes que tú.
- Si te sobra tiempo, utilízalo para repasar.
- Cuida el vocabulario, repasa la ortografía, la sintaxis y los signos de puntuación.
- Una vez entregado el exámen, tomate un tiempo para salir al exterior, respirar, pasear…antes de la siguiente prueba. No comentes con otros compañeros las respuestas del exámen realizado.
- Una vez terminado el día, mantente concentrado en las pruebas del día siguiente y trata de no pensar más en lo que ya has hecho.
Recuerda que la PAU
no es un exámen “todo o nada”. Las puntuaciones obtenidas en bachillerato
tienen más peso a la hora de calcular la nota media.
Por otro lado, más
del 85% de los estudiantes aprueban.
Estudiando lo necesario para comprender y memorizar los contenidos y
siguiendo nuestras sugerencias para mantener
la ansiedad en niveles adecuados, estamos seguras de que tendréis éxito.
MUCHA SUERTE A TODOS !!!
Paloma Suárez Valero.
Alicia Martín Pérez.
AMP Psicólogos.
www.psicologosaranjuez.com
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